miércoles, diciembre 17, 2008

Ya no estoy triste

De hecho, desde el jueves pasado las cosas empezaron a fluir positivamente. Mis amigos, mis pilares estuvieron ahí, conmigo, al pie del cañón. El sol volvió a brillar con más fuerza, el frío caló un poco más en mis huesos; y las lágrimas se cansaron de salir de mis ojos. Todo tiene un nuevo sentido. Fue mi llanto con cara de invierno. Mi llanto desolado. Mi llanto necesario. Mis presiones, tensiones, soledades, confusiones y miedos me llegaron de golpe en dos días. Por eso estuve mal. Por eso estuve triste.

Y entoces, cuando se detienen las lágrimas y otra vez se ve la luna o las estrellas en toda su claridad magnífica, una se da cuenta de que a) no se està tan sola y b) la soledad en sí no es tan terrible. Lo terrible es no darnos la oportunidad de escucharnos. De escuchar lo que somos, lo que hemos sido, lo que nos hace ser quien somos. Descubrir que se tiene tiempo para uno mismo. Descubrir que puedo pasarme una hora bajo de la regadera o leer 3 horas sin detenerme ni ser interrumpida. Descubrir el antiguo placer de entrar en una tienda a comprar zapatos y pasarme una hora viendo los diferentes modelos de zapatos, probándomelos, eligiendo. Entrar en un salón de belleza y no preguntar "¿cuánto tiempo te tomaría cortar y pintar mi cabello?" porque se tiene todo el tiempo para hacer cualquier cosa. Llegar a casa. Descubrir la vida suspendida: juguetes en la sala, como esperando que alguien juegue con ellos. El refri con comida que espera ser consumida pero que no se antoja, no porque no me guste... simplemente porque puedo comer o no comer y no pasa nada. Dormir la noche completa, despertar y tener tiempo de ponerme y quitarme ropa hasta sentirme conforme con la elección y salir a la calle con la certeza que nos da el sentirnos bien. Detalles pequeñitos, que dejamos de hacer, que dejamos de vivir porque hubo nuevas responsabilidades que ocuparon esos pequeños momentos con risas, llantos, pañales, tareas, biberones.

Extraño al motivo de mi olvido. La extraño entrañablemente, es la misma sensación que tuve cuando fui conciente de que ya no estaba dentro de mi vientre y me pregunté: ¿y ahora, cómo voy a cuidarte? Afortunadamente los días pasaron relativamente rápido. En especial esta última semana: la posada coljal, el festejo de mi Lupe, el festejo de mi cumple, el domingo de no hacer nada, el lunes de ballet con las sobrinas, el martes de Primer Piso, mañana comer con Laura y café con la China, el jueves el cumple de don Toño y así, sin casi sentirlo llegaré al viernes para subirme a un avión y alcanzar a mi Princesa de los Rizos Furiosos.

Y mis amigos, mi Sani del alma que no me dejó ni un momento, Angélica con su sabiduría y entereza, Toño con sus ocurrencias y su entusiasmo, Xaris siempre presente, Víctor que por una noche dejó de ser virtual para compartir el café en casa, mis primos: Gabo, Popos, Lalo, Carlos... Rodrigo, quien recientemente entrò en mi vida pero a quien le debo mucho de lo que he descubierto en mi, de lo que he liberado en tantas horas de plática tratando de comprender mis por qués, mis no y mis sí.

No estoy sola y ya no estoy triste. Estoy desvelada, con tos de fumadora, con la emoción que me trae subirme a un avión, con las ganas locas de volver a abrazar y besar a mi niña. Gracias por seguirme, por leerme, por la paciencia ante el silencio, por respirar conmigo el principio de un nuevo año.

miércoles, diciembre 10, 2008

Triste

y tanto... que no se me ocurre nada.

martes, diciembre 09, 2008

Esto no es un cuento erótico

Es como sentirme rara. No porque me sienta incapaz de escribir otra cosa desligada del erotismo, pero después de Camilo y su historia mágica alrededor de los libros, me he empeñado en exorcisar al demoniolujuria que llevo dentro, escribiendo, escribiendo, escribiendo....

Camino por la ciudad. Hace mucho que no recorro sus calles como ahora, con tiempo. He estado en-ce-rra-da. Viviendo en la burbúja del bienestar y la seguridad emocional y mental, esa que se traduce en crimen de la vida, un crimen perfecto, lento, disfrazado de sonrisas y complacencias que en apariencia no lastiman, no destrozan, no hieren... pero que matan el instinto de la sobrevivencia, el serjungla que no debería de abandonarnos para seguir cazándonos a nosotros mismos. Que es tan vil o tan dulce, com todo o casi todo. Circulo por la ciudad. Algunos personajes asfaltados me descubren. Son casi fantásticos, como la mujer de fuego en la esquina de Avenida de las Rosas y Mariano Otero. Pequeña, con las puntas del cabello quemadas, los ojos como capulines y la ropa queriendo ser tan negra como sus ojos. De sus manos como queriendo alcanzar mis ojos o el cielo, dos extensiones con fuego. Baile sin música de las llamas. Ahora pasan sobre su cabeza para perderse tras su espalda por un segundo y retomar la circunferencia no trazada bajo sus pies. Me siento, me reconozco hipnotizada, transportada. Pienso en aquella guía tristísima de París (1), cuando me encontré tras un cristal observando a un pareja haciendo el amor, ella gimiendo, el mosqueado por el espejo tan grande, ella convenciéndolo que así era más excitante, que podía ver todo su cuerpo arquearse, pegarse al de él que se debatía en besarla entre los senos y ver la línea de su cuerpo (el de él) en el espejo. Mujer manos de fuego transportada (o tal vez yo) a esa antigua imagen de papel y sueños, en donde dos fueron tres. Frente a mis ojos, detrás del espejo, sobre el asfalto, la mujer manos de fuego en su artilugio. Besar la llama, apagarla y sonriendo ir pidiendo por el sueño/espectáculo. Sacar la moneda por la ventanilla, sonreír de regreso y el rojo se hace verde. Soltar el freno, acelerar un poco y tomar Mariano Otero rumbo al norte.

Conducir imaginando la línea que divide el carril que viene, el otro que va, concentrarme. Conectarme con el lugar a donde voy, visualizar Avenida Chapultepec a las 7 de la tarde, lucecitas, cafeterías, tráfico, mucho tráfico... pero no importa, llegaré a Pedro Moreno para dar vuelta a la derecha y empezaré a relajarme, pero mientras... Mientras está bajar el paso a desnivel, un tren pasa más arriba, con su ruido lento, cansado, pienso en Iliana, en Jorge gritando "chuchu-train", sonrío por los dos. Sigo sin ver las líneas que dividen los carriles, mentada de madre silenciosa a la Secretaría de Vialidad, al gobierno municipal, adivinar, tanteando que casi en el extremo derecho podré agarrar sin problemas Chapultepec, el monumentoalosniñosheroes, iluminado (¿a quién se le ocurriría que esa mole de ladrillos era candidata para lucirse?), tomar avenida Chapultepec sin complicaciones a 30 km/hr, cuidando la distancia con el carrito de adelante, haciéndome chiquita cuando paso junto al rugir de los camiones furiosos que van peleando llegar antes, tomar más pasaje, detenerse menos en las bajadas, paso La Paz, me siento más cerca, semáforo en rojo en Avenida Vallarta.

Es la primera vez que me detengo desde que di vuelta en Las Rosas. Sonrío, el limpiaparabrizas me devuelve la sonrisa y se apura sobre el cristal, lo detengo a una seña de mi mano, deja de sonreír, pasa junto a mi puerta y recuerdo que no he puesto el seguro. Muevo mi brazo, con el codo acciono la "seguridad" que me da el no poder abrir la puerta, aunque podría ser un cristalazo, un balazo... me estremesco. Busco distracción, la pantalla en la esquina noroeste con publicidad cintilante; me gusta la vista, casi cosmopolita, dejo de sentirme en un pueblototote de 4 avenidas y decido que mi ciudad es grande, moderna, bonita y estoy en el recuento de bondades y gracias cuando me siento observada, volteo sobre mi hombro derecho y me encuentro con lo que podrían ser sus ojos detrás de una barba de muchos años y una chamarra de color indescriptible. Es un indigente. ¿Hace cuánto me observa?, ¿por qué no lo ví antes?, ¿la belleza oculta la fealdad o es lo feo lo que hace que lo bello brille con más fuerza?, El indigente no puede saber lo que pienso, tal vez no le interesa. Él está ahí, sentado en primera fila, viendo pasar la vida, viendo la publicidad de artículos que tal vez nunca comprará, escuchando el ruido de los motores calentándose, ruido como de tripas con hambre, incómodos, como mi incomodidad mal disimulada al sentirme observada por una realidad a la que continuamente le saco la vuelta.

Por fin la luz verde, encender la direccional. En la siguiente esquina doy vuelta. Me gusta Pedro Moreno que tampoco tiene líneas, pero ahí sólo tienes que cuidarte de la 629 que vaya por su carril. Vuelve el pensamiento reconfortante. Guadalajara bonita, tranquila, voy camino a la presentación de un libro fantástico. Me siento un personaje y luego me corrijo, no soy tanto. Mis cuentos son eróticos y este no es un cuento erótico, aunque de momento recuerdo a la mujer de fuego en Mariano Otero y sus ojos de araña capulina tendiendo su red-trampa invisible y mortal sobre mis sentidos y quiero sucumbir, hacerle un cuento, desarrollarla, compartirme con ella, convertirme en una mujer con dedos de fuego, hipnotizarte, mírame bien, soy la misma en otro cuerpo, mis dedos de fuego calentarán tu vientre, la cara oculta de tus muslos, tus ideas... Pero esto no es un cuento. Tampoco es un cuento erótico...

(1) BRYCE-ECHENIQUE, Alfredo. Guía triste de París. Alfaguara, 2000.

jueves, diciembre 04, 2008

Ironías

Antier en la Feria Internacional del Libro, más de mil jóvenes homenajearon a Carlos Fuentes. El homenaje se llamó "mil jóvenes leyendo a Aura". Le cantaron las mañanitas al escritor y aparentemente éste lo disfrutó mucho.

Antier, también, murió el que hasta hace una semana o algo así fungía como Secretario del Trabajo, el Señor Carlos Abascal.

¿No les parece irónico que el inquisidor que ordenara en algún momento la quema de "Aura" muriese el mismo día en que los jóvenes lectores de la misma novela, homenajearan al escritor?

Ocupada, muy ocupada...

Más de diez días sin postear. Mea culpa. Me disculpo argumentando que he estado muy ocupada viviendo, con todo lo que eso implica: soltar, retener, sortear, provocar, actuar, pensar, desechar, conservar, rescatar, olvidar, confirmar, extrañar, negar, afirmar, imaginar, leer, releer, replantear, organizar, improvisar, atraer, rechazar. No he dicho esperar. Por primera vez en muchos años no estoy esperando nada. Ya me di cuenta que eso no deja nada bueno más que kilos mentales y físicos. No tengo nada o casi nada en contra de los kilos físicos, al contrario, creo que mientras más pachoncita a algunas personas les dan más ganas de abrazar, de tocarnos, de sentirnos... somos más amigables, dicen. Al menos mi hija dice que le gusto de almohada que estoy "bullidita".

En los últimos 10 días la vida y yo nos hemos hecho cómplices y parece que de momento funcionamos más o menos bien. El pánico que me provocaba romper el muégano madre-hija, está casi superado, pienso positivo: Lavinia enviaje, divirtiéndose, jugando todo el día vs Georgina en casa, divirtiéndose, leyendo, saliendo, conociendo; y todo está funcionando.

Estoy reconociéndome en un momento que pensé que no volvería a vivir. Estoy siendo irresponsablemente feliz. No tengo horarios. Ayer pude leer de continuo durante 3 horas. No hubo que salir corriendo, interrumpir la lectura, retomarla horas después. Salí de la FIL a las 7 de la noche para ir a una presentación de un libro en el Primer Piso, me encontré y disfruté a mis amigos, me divertí tanto...

No digo que no extraño el continuo "mamáaa", el acostarme junto a mi niña cada noche hasta sentir que su respiración toma el ritmo del que duerme y me resisto a levantarme para irme a mi cama. La extraño, sí. Pero ella está feliz, disfrutando sus vacaciones prematuras, gozando a sus primos, viviendo una navidad diferente, excéntrica, divertida...

Si no escribo dentro de poco tiempo, es porque sigo ocupada con la vida, disfrutándola, desmenuzándola, aprovechándola...

jueves, noviembre 20, 2008

En el filo de la puerta...

Realmente son dos puertas. Una que se cierra y otra que se abre. La que se cierra deja tras de sí la formación, los sueños niños, las risas y los llantos de adolescente, los descubrimientos, los primeros amores, la sangre nueva. La que se abre me ofrece aire fresco, renovado, opciones múltiples. Hace muchos años guardé en un cajón todos mis sueños. De vez en cuando desempolvo ese cajón, lo abro y saco alguno de esos sueños, lo contemplo... cada vez se hace más difícil volverlo a cerrar, pero hasta hace muy poco tiempo no había más opciones. Tenía que hacer que aquellas ilusiones volvieran a su estado de coma para seguir resolviendo la vida un día a la vez.

Ese cajón me acompañó el sábado pasado cuando cerré mi casa "absurdamente naranja" de José María Vigil. En la exitación por la mudanza, la tensión de ver cómo maltrataban mis muebles y el cansancio de todo el día de ir y venir, nunca dejé de pensar en qué pasará ahora que la caja cambia de casa y más que miedo, hay expectativas, muchas, muy altas.

La semana pasada fue fotográfica. Procuré captar los momentos más especiales de mi última semana en la casa naranja. Lavinia me sorprendió. El lunes me invitó a cenar en la terraza que da a la calle. Ahí estuvimos las dos, cenando, platicando, disfrutándonos en un espacio que a las dos nos sirvió para olvidar los berrinches, las frustraciones, los agobios. Contamos aviones de ida y vuelta y platicamos de niños guapos y posibles novios. El martes, jugamos con Brandy en el jardín. Lavinia corrió, gritó, rió con verdaderas ganas, disfrutando cada momento en lo que fue su última tarde de jardín. El miércoles llegó de visita una ardilla a la palmera que está en el jardín en dirección a la recámara de Lavinia. Estuvo cerca de dos horas comiendo coquitos de la palmera sin importarle los ruidos de la casa, la risa de Lavinia, gente entrando y saliendo de la recámara de Lavinia. El jueves Lavinia se metió a bañar en la tina del baño de sus nonos, con todas sus barbies menos Ken porque es niño y los niños no se bañan con las niñas... El viernes recogimos y guardamos en cajas la ropa, los juguetes, todo...

El sábado después de que cayó el sol sobre el horizonte, volví a recorrer mi casa, escuché por primera vez el eco de mis pasos sobre el mármol negro. Cerré las llaves de paso del gas y del agua. Lloré sentada en "mi escalón", me despedí. En algún punto de la sala desierta me esforcé por escuchar las risas de Mónica y mías cuando intentábamos copiar las coreografías de Flans o Timbiriche; en el recibidor, volví a verme sentada en la salita negra, viendo a mi papá cambiar el acetato, escuchando a Les Luthier's... Respiré profundo e intenté percibir el olor a canela hirviendo, a vainilla, al pastel de manzana que mi mamá preparaba cada que había algo que festejar o que llorar. Intenté recordar a mis abuelas, a mi tía Carmelina, a Gorky corriendo detrás del armadillo amarillo que alguna vez soñé... Al final no hubo más que decir "Gracias, casa, por todo y por tanto, por tenernos a salvo incluso de nosotros mismos; por abrazarnos, por resistirte a que nos fuéramos, gracias..."

Estoy al borde del paso siguiente. No puedo ir para atrás, la puerta está cerrada y ya no tengo llaves que la abran. Estoy en transit, todavía no me acostumbro a bajar escaleras en lugar de subirlas, el nuevo espacio es pequeñito, casi todo el tiempo estamos chocando... será cuestión de adaptarnos, de dejar de ser patosos y controlar los movimientos para no interferir con el otro... o quizá dejar de tenerle rollo al contacto físico y no fijarnos si chocamos o no chocamos, tomarlo como una caricia, como una llamada de atención a los demás.

A todos quienes compartieron conmigo o con mi familia un pedacito de la "casa absurdamente naranja", sepan que son una parte importante de quienes somos. Esta memoria en letras de mi casa es compartir con ustedes un poquito de lo que soy ahora y lo que estoy por ser.

miércoles, noviembre 05, 2008


This is not an Exit


Adolorido. No puedo describir de otra manera mi estado anímico. Cuando creo que ya no puedo ver nada peor en mi país: pum!, sucede. Después del avionazo de anoche, traigo varias dudas brincándome de los ojos al cerebro y de regreso:


1. ¿Se cayó o lo tumbaron?

2. Si fue un accidente, ¿Cómo la segunda persona más importante del gobierno de México es suceptible a accidentes aéreos?

3. Al estar a escaso kilómetro y medio de distancia de la Residencia Oficial, ¿no será una "llamada a la puerta" de quien habita esa casa?

4. ¿Quién está dirigiendo El Estado en este momento?

5. A Mouriño un minuto de silencio y funerales de honor, y ¿para México, qué?, ¿una hora de silencio?

6. y si fue un atentado ¿se reconocerá que el país está viviendo la peor crisis política y social de los últimos 80 años?


Me duele mucho mi país. Me duele no saber si es bueno que me duela en vez de sentir temor. Me duele el miedo. Me duele el sentirme personaje de Bret Easton-Ellis encontrando en cada puerta un letrero que dice: "Esta no es una salida". Me duele la certeza de que las cosas no mejorarán, tal vez al contrario... Me duele ver a un presidente-ratoncito empequeñecido por la tragedia y no al tigre lastimado que sale a desquitarse por la herida que le provocaron.


Mi tabla de salvación, como en otros casos: el cinismo. Me receto Nervocalm, una visita el próximo viernes al psicólogo, la mudanza y muchas pero muchas ganas de sentirme mejor... aunque sé que no será fácil...

viernes, octubre 31, 2008

Love is blind

Tal vez sí, el amor es ciego o quizá sea que el amor nos vuelve ciegos. Poco a poco nos va poniendo velos con forma de caricias, de besos, de sueños lúcidos, de detalles, de momentos preciosos. Entonces sucede y nos damos cuenta de que estamos ciegos hasta que una fuerza superior (muchas veces provocada por el mismo obscuro objeto del amor), rasga uno de los velos, el otro, otro más.

La claridad lastima nuestros ojos y nos sentimos aturdidos. Nos enfrentamos con el otro y vemos que de la noche a la mañana, nuestra otra mitad ya tiene arrugas, le brotó el vientre, tiene aliento de alcantarilla y en algunas partes de su piel hay cicatrices, estrías, y más adentro, en alguna parte de su alma hay malos entendidos, disfunciones, confusiones, y un sin fin de etcéteras que no nos gustan, pero que están ahí y más que corregirse, será de esperar que se agudicen.

Estoy cerrando un paréntesis de dos años y medio... tal vez más. Estoy reconciliándome con mi representación del amor y la felicidad. Estoy concientizándome de que quizá ese amor y esa felicidad no sea lo que yo quiero para mí. Por lo tanto no pienso seguirlo otra vez. Tengo una representación del amor muy fuerte, casi violenta para mi entendimiento. Tengo al compromiso a prueba de fuego o de frío. Tengo el estar presente no importa qué. Tengo la caricia a la mano y el beso a los labios, en todo momento. Tengo la solución de problemas entre dos. Sí, es una vara muy alta, pero es La Vara.

Ahora estoy flotando. Sé que tarde o temprano tendré que aterrizar. No dejaré de amar. No dejaré de sentir, de sonreír por los triunfos del otro. No dejaré de llorar por su ausencia. Hoy me descubro amando, feliz, consciente, entregadísima a ese sentimiento.

Tal vez la opción sea amar en la distancia. De lejecitos. Amar platónicamente. Amar de manera constante, sin treguas, sin más paréntesis. Saber que lo que se hizo, lo que se dijo, lo que se vivió, lo que se aprendió ha valido la pena. Podré, otra vez, dormir con la luz apagada. Dormir profundo y despertar por la mañana con la alegría del que respira y sabe que comparte el sol y el aire, el frío y la noche con otro en la distancia. En donde ninguno de los dos puede lastimar ni ser lastimado. Quizá en donde diría El Poeta: en ese espacio del amor hallado que sólo él y yo conocemos.

Hoy que ya no tengo vendas en los ojos me doy cuenta que no he dejado de amar. Es mi Momento Glorioso. Me quedo con él, con esa sensación tibiecita entre mi piel y mis huesos. Con esa sonrisa al releer lo escrito, como si viera sus ojos que me leen auténticamente, redescubriendo la que fui en otra piel, en otro tiempo, en otro espacio...

martes, octubre 28, 2008

Estamos creando un Monstruo


Ayer Lavinia me sorprendió (una vez más y como siempre), al darme su primera muestra de lo que podría ser el inicio de su carrera en el manejo del sútil y no menos difícil arte del humor negro.


Llamé por teléfono a la casa y me contestó ella:


"¿bueno?" (adoro escuchar su vocecita tras la bocina)

"Hola mi princesa preciosa, ¿cómo está el amor de mi vida?"

"¿Quién habla?" (pregunta, divertida).

"¿Pues quién más te dice: mi princesa preciosa, mi amor, mi cielo, mi tesoro?"

....

"Mi tía Elvira"


Y las dos nos deshicimos en carcajadas... No sé si ella se rió contagiada por mi risa... pero la neta es que me encantó ver que a los 5 años empieza a manejar el humor negro.

viernes, octubre 24, 2008

Sad Kermit - Creep

... I'm in green, I'm a weirdo, what the hell I'm doing here? I dont belong here...

lunes, octubre 20, 2008

Sobre la Princesa de los Rizos Furiosos.

Realmente esta entrada debiera estar en el diario de la princesa de los rizos furiosos... ya que se hablará de ella. Pero no. Quiero compartirlo acá, por ser algo que me enorgullece, que me sorprende y me hace tan grande o pequeñita como es mi niña...

Alguien me dijo que cuando cumpliera dos años, Lavinia no saldría del suelo y no se equivocó. A la semana de su cumple número 2, empezó a tropezarse, a caerse, a golpearse... no medía el impulso, sus ganas de correr, de alcanzar las cosas eran muy grandes... en ese sentido ella siempre ha sido muy grande.

Este fin de semana me sorprendió con dos cosas: la primera, la más importante para ella, es que Marcos (el del kinder) le dijo "Lavinia Torres, ya decidí que eres mi novia". Si yo fuera hombre me quitaría el sombrero ante semejante actitud del chavito... Eres Grande Marcos y sólo por eso te mereces mi respeto total. Te preguntarás Lector, qué es lo que pudo contestar mi hija ante tal determinación, pues bien, las palabras de la princesa de 5 años fueron "claaaaro que sí". Así que formalmente soy suegra a los 35... y hoy por la mañana comencé a ver cierta coloración ¿verdosa? en mis canas... y voy de inicio, gracias!

La segunda situación fue igualmente fantástica: Lavinia me demostró que ya sabe encender mi "comput", y abrir el explorador de internet. Así que, ante tal descubrimiento (mío, por supuesto), acudí a una página www.pbskids.org (recomendada por mi hermanita), para que se entrene en el uso del mouse y empiece a hacerla de diseñadora o arquitecto, ya que su actividad preferida es ayudarle a Caillou a construir la casa de muñecas de su hermanita... y mi princesa ha demostrado una maestría en el arte de combinar colores y mobiliario.

Mi princesa tiene sus ratos de confidencia conmigo. Es por las noches, cuando se terminó la película de Disney Chanel, hicimos la mini-obra de teatro con sus muñecos de peluche y estamos a punto de dormir, cuando me platica o reflexiona, o simplemente canta una canción que le inventa a su bandera, a sus abuelos, a su mamá... En una de sus noches de reflexión de sus recientes 5 años; me dijo: "má, yo sí quiero que te cases", le dije que yo también me quiero casar, y le pregunté por qué ella quiere que yo me case, a lo que respondió "es que mira: Nono tiene a Noni, Mónica tiene a Edgar... pero tú no tienes a nadie y así no podemos ser una familia feliz e integrada" Entonces le pregunté: "¿no eres feliz así como estamos ahora?", "sí, yo sí, pero quiero que tú te cases" "y ya tienes a alguien en mente, hija?", "sí mami, a Alejandro Fernández".

Me gusta estar con ella. Cada vez se hace más divertida, más apasionante la vida a su lado. Me gusta saber que se siente orgullosa de ser la única niña que puede armar el asiento trasero de una camioneta y que sepa que no importa cuán alto se suba a un árbol, si se cae, no pasará del suelo... Me gusta que sepa que todo tiene remedio, que a veces duele más que otras veces, pero todo se resuelve en su momento. Me gusta que me rescate y me haga reír a carcajadas y también me gusta que me haga pensar y conocer sus temores, sus gustos, sus desvelos, sus intereses.

Sí, es un post de mamá cuervísima, lo reconozco plenamente... pero estoy tan orgullosa de mi niña, tan apasionada, tan sorprendida por la vida en sus ojitos de pulga...

Excipit.

miércoles, septiembre 10, 2008

Con la luz apagada

Aquí estás otra vez, como cada noche, esperando que apague la luz. Aquí estás. En alguna parte de esta habitación tus ojos se concentran en mis movimientos. Sabes que no quiero que me veas, que me paraliza el miedo a descubrirme ante ti cuando mi piel poco a poco vaya quedándose sola, indefensa, tensa ante el aire encerrado de la noche.

Ahora no me defiendo. No necesito armas ni armaduras. Me quedo sola con mi yo tan mío. Mi piel pierde su dimensión real y vuelvo a ser la misma pero nueva. Por eso estás aquí esta noche. Porque sabes que pronto me meteré bajo las sábanas para intentar resistirme a ante ti. Es cuestión de tiempo, lo sabes. Es cuestión de que este cuerpo tan mío, el que lucha en la vigilia, se quede dormido abandonando su trinchera. Entonces llegarás como ese amante sin rostro al que desde hace tanto tiempo estoy esperando.

Apago la luz. Mi cama me recibe. Siento el frío de las sábanas avanzando sobre mi piel desnuda. Agradezco el contacto. Tiemblo. En algún punto tus ojos siguen sobre la piel que voy cubriendo. Espero. No haces ruido. Sigues observándome, esperándome. Me resisto a dormir. No puedo abandonarme ante ti, no otra vez. Un leve movimiento. El viento entra por la ventana. Intento adivinarte. ¿En dónde estás? No importa. Has venido por mí. Estás aquí para recordarme que mi piel sigue siendo tuya. Me atormenta la idea de ti tan cerca. Sé a lo que vienes. Sé que eres el único que seguirá buscándome cada noche. El único que se recreará en mi cuerpo, que me acariciará de alguna manera que sólo tú y yo conocemos. Porque sé que te gusta acariciarme, pasearte por mi desnudez, sentir el vello, la humedad, la planicie y el abismo.

Eres lo más cercano a un amante. Me lastimas igual que aquel que dice amar. Sé que si me descuido dejarás tus huellas sobre mi piel y pensaré en ti por la mañana, y conforme pasen las horas, el día, será peor porque mis dedos buscarán tus huellas y mi mente revivirá una y otra vez tu presencia constante. No puedo abandonarme todavía. Si por fin cierro los ojos, volverás a tomarme como otras noches y pasaré días y días tratando inútilmente de borrar tus arrebatos de sangre y piel… Como he intentado borrar otros desvelos, otras palabras, otros dolores… Como un amante viejo, tú marcas mi piel de la misma manera distinta.

Sé que estás cerca. Por más sigiloso que seas, ahora estás más cerca de mí. Tal vez seas esa sombra que acaricia mis pies… el eco de una mano que se posó hace siglos sobre la cara interna de mis muslos y que ahora es tan solo un bosquejo añejo… O tal vez sólo seas la huella tibia de un aliento sin nombre que recorrió mi cuello y me obligó a llevar el cuello alto durante varios días hasta que la pasión volvió a ser discreta y mi cuello, mi mente quedó en libertad otra vez…

Estoy cansada. Enciendo la luz. Te me escapas. Eres de la noche, la obscuridad es tu manto, tu refugio, tu guarida. Espero con la sábana y mis brazos cubriendo mis senos desnudos, como una virgen que teme descubrirse ante otros ojos que no sean los de ella. Espero. Mis párpados cansados imploran mi renuncia. No hay nada que perder pero resisto. Quiero ver si en un descuido te descubro mirándome, rondándome… Es inútil.

Vuelvo a apagar la luz. Me recuesto y me aferro a mi almohada como si ella pudiera protegerme de ti bajo la sábana. Por fin cierro los ojos. Mis dientes chocan entre ellos al sentirte tan cerca de mi oído. Mis estandartes están plegados. Retiro mis tropas. No habrá resistencia. Voy a dormir.

martes, septiembre 02, 2008

lunes, julio 07, 2008

Tengo palabras tiradas
entre mi cama
y una mesita de noche
que no se ve de tanto libro,
de tanta angustia
en tinta derramada.

Tengo palabras que se
c
u
e
l
g
a
n
de mis pestañas
sin atreverse a caer en la tintallanto de tus ojos.

Tengo comas (,)
y puntos (.),
apóstrofes (')
y comillas ("),
puntoycomas (;),
y diéresis lacerantes (¨),
una tilde (~) como de lengua,
paréntesis ideáticos
y corchetes redundantes
que no me llevan a ninguna parte.

Tengo palabras disueltas en leche
por si la agrura;
y palabras ballesta,
por si la herida.

Tengo palabras poblando mis oídos
para arrullarme las noches
para cantarme las ideas.

Tengo palabras infinitas
para la felicidad sin tiempo
y palabras pequeñitas
para esconderlas por si regresas.

Tengo palabras para enumerar
las cosas que no conozco
y que tú me cuentas como si mías
y también palabras
para llenar los huecos
de tu silencio.

Palabras palabrisas
que me protejen de tu lluvia
Palabras palabrejas
que me defienden de tu odio.

Tengo todas las palabras
y ninguna entre mis dedos, y
tengo todos los silencios
y ninguno entre tus ojos.

jueves, junio 19, 2008

Por esa vida que me diste...

Para A.G.O., por seguir presente aunque ninguno de los dos queramos.

¿Cuándo perdí la consciencia de ti?, ¿Cuándo te negué tres veces?, ¿Cuándo se tranquilizaron mis aguas?, ¿Cuándo dejé de pensarte, de sentirte, de olvidarte?

Hace cinco años, cuatro meses y 10 días comencé el arduo y lento trabajo por intentar dejarte atrás. No fue tarea fácil. Los primeros nueve meses te lloré en soledad compartida. Cuando compartía mi sangre y mis ilusiones con el pequeño ser que aún no conocía, pero que me exigía a seguir respirando con el único fin de conocernos algún día.

Al tiempo, las lágrimas y los reproches fueron quedando olvidados entre paños y compresas;
entre risas y lágrimas que reclamaban mi total atención, mi gentileza, los mimos, mis afectos.

Y hoy, en 20 de junio, con total estupor, con miedo y nostalgia y llanto contenido, me redescubro pensándote, sintiéndote cerca como una presencia antediluvial que no se ha terminado de ir. Hoy sé que no terminarás de irte. Me lo grita en mi cara tus ojos niños, tu nariz recta, lo necio que siempre has sido aún en las situaciones más simples, más sencillas.

Sé que seguirás cada uno de mis pasos. Sé que acompañarás mis movimientos torpes, uno a uno.

Yo no quería compartir, de verdad. Yo no quiero volver a recordarte. No quiero sentirte, no quiero verte, no quiero oírte...

Pero compartimos la sangre y la sangre está viva, y se ríe y a veces también llora, sobre todo cuando no logra dar a entender sus conceptos tan grandes y complicados, como sus ideas y sus sueños, como sus miedos y sus desvelos.

Esa vida que me diste, sin tú querer ni yo pedirla, me vuelve más fuerte cada día pero también me hace pequeña. Y soy amiga cuando jugamos a invertir los papeles y entonces me pide que coma, que salte o que me aprenda bien todos los números, que son 10 y por eso son tantos. Y soy guardiana cuando estamos lejos de casa y hay mil peligros que me imagino o me invento peligrosísimos acechando cada paso que da. Y soy tutora, cuando nos sentamos en la mesa redonda y discutimos si la colita del cinco va a la derecha porque si fuera a la izquierda parecería un tres malhecho. Y soy un ángel cuando me acuesto a su lado en las noches y me quedo calladita esperando escuchar su respiración dormida. Y soy implacable cuando hay que lavarse los dientes y las manos y tallarse las uñas para matar las bacterias acumuladas durante el día. Y soy nutrióloga, médico, guía espiritual, manual de carreño, enciclopedia, diccionario, kleenex, vertedero de lágrimas, criadora de sus sonrisas... Y todo, todo absolutamente hoy descubro que también te pertenece aunque no estés. Y eso, me asusta tanto como el miedo de no reconocerlo.

¿Cuándo pasaron cinco años?
¿Cuándo perdí la noción del tiempo?
¿Cuándo te desvaneciste?
¿Cuándo mi temor de ti se diluyó en las sombras?
¿Cuándo dejaste de ser tan sólo un nombre, una pequeña nostalgia, un rostro casi olvidado?

Pues bien, Señor-Amigo, con quien no comparto mis ideas políticas ni mis sueños convertidos en letras, con quien discutí hasta la médula para que mi razón fuera más fuerte que tus deseos. Aquí estoy, vulnerable, sensible, asustada. Recordando. Recordándonos. Con las lágrimas al borde de mis ojos. Comprobando, una vez más, que gracias a ti conocí el sentido de la vida. Que fue tuyo y de nadie más el regalo más grande que la vida pudo ofrecerme.

Y tengo susto, mucho susto.

Help me, dear Teacher

Dear Proffessor:

I am sorry if I disturb your peace of heart and soul again.

I am Linda, the most fervorous student you may ever have, do you remember me?

I know I had being naughty, but it was only to delight your instincts, to make you laugh and feel the sparkling light of your laugh in my ears.

I know I had being immature, but you know this youth make me do stupid things.

I know I had being irritating, but is just because I need a little atemption.

I know, most of the times, I had being extremly sweet, but that is just because I love you and I cant help it.

I know I had being like a fly, bugging around you, trying to call for your atemption; but its because I really miss you.

I would be lying if I say that I am sorry about all that. I am not. And this is not an apologize letter, all by the contrary. This should be a demanding paper.

I just have one complain to make to you, dear Professor:

You never tough me how could I live with out you.

That's why I sit every day in that bench in front of you, cause I am waiting for a last lesson. I need to know my last notes. And the more important thing:

I need instructions to know how I will going to do to breath without you.

With my eternal love and devotion,

Linda.

martes, junio 10, 2008

La Catedral del Mar, de Ildefonso Falcones



Por fin terminé de leer la novela de "La Catedral del Mar", del catalán Ildefonso Falcones. Si bien muchos años de mi vida los he dedicado a clasificar y catalogar libros, esta novela todavía no logro situarla entre una de las novelas históricas más maravillosas que he leído o bien, en la más fascinante historia novelada que he me han hecho llegar.




La novela se desarrolla en los 55 años que tardó en construirse la nueva parroquia de Santa María del Mar, en la ciudad de Barcelona, de 1329 a 1384. Esta iglesia fue construida con el esfuerzo de los pescadores y la gente que habitaba el barrio del Born, en Barcelona; en contraposición a la construcción de la Catedral, en esa misma época que representaba a la realeza, los señores feudales y gobernantes de Cataluña y España. En estos cincuenta y cinco años, se cuenta, paralela e intrínsecamente la vida de Arnau Estanyol, hijo de un siervo fugitivo catalán que va a refugiarse en Barcelona para lograr la ciudadanía y obtener su libertad.




Así como el autor nos cuenta la historia de la parroquia y de Arnau, el libro nos presenta pinceladas de historia de la ciudad de Barcelona, todas documentadas en fuentes catalanes que Falcones describe y desarrolla de forma impresionante.




Un muy buen libro para los que nos gustan las novelas históricas, con la dósis precisa de drama, ternura, pasión e intriga.


Aquí les dejo algunas fotos de la iglesia que es realmente magnífica en toda la expresión de la palabra:

Bastaixos (detalle de la puerta de Santa María del Mar).

Bastaixos: los constructores de Santa María del Mar, cargaban piedras de la cantera de Montjuic hasta Santa María. Toda la piedra que se utilizó, fue regalada por los dueños de las canteras.

Interior de Santa María del Mar

Entré en esta iglesia en agosto del 98, mucho antes de que la novela saliera a la luz. En aquella ocasión me llevó mi amigo Josep Turiel, quien vive en mi corazón; y quien me dijo, una vez dentro, que le agradeciera a la virgen por haberme permitido llegar hasta ahí, que le dijera que era una viajera y que encaminara mis pasos para llegar con bien a mi regreso. Minutos más tarde, cuando inició la misa, el párroco hizo la misma oración. A la salida, Josep me dijo que desde el siglo XIV se repite casi la misma oración, todos los días en todos los servicios de la parroquia.

Acceso a Santa María del Mar.

Realmente no es muy impresionante por fuera, sobre todo si la comparamos con las clásicas iglesias catalanas, como La Sagrada Familia o la Catedral... y de hecho creo que esta iglesia nunca ha tenido tantos visitantes como los ha recibido a partir de la publicación del libro de Falcones en el 2006. Me siento orgullosa de haber estado ahí antes de que fuera famosa.

3 noches soñando

Sueño Núm. 1. En el Funeral:

Vengo cargando un féretro de madera sobre mis hombros, pero no sé quien es el muerto. No es un féretro lujoso, más bien tosco, la madera es clara, sin vetas. Detrás de mí, mi hija y mis padres. Nadie está llorando. Cuando llegamos a la capilla de velación, mis padrinos de primera comunión están hincados en los reclinatorios. (A mis padrinos hace 15 años que no los veo). Les pido que me den chance de dejar el féretro para saludarlos. Ella sonríe y se enternece al ver a mi hija y me felicita por ella. Él, más bien parco, me saluda un tanto frío pero atento y casi no se dirige a nadie. Despues voy a saludar a la gente que conozco pero a quienes no veo.

Sueño Núm. 2. La gotera:

Despierto en una cama que no conozco, bajo una gotera que cae perfecta en la mitad de mi frente. No me muevo ni hago nada para esquivar las gotas que segundo a segundo caen en mi cara. No estoy asombrada.

Sueño Núm. 3. Los alemanes:

Estoy esperando a mis amigos alemanes fuera de un hotel. Por fin lo veo salir y camino a su encuentro con los brazos abiertos, esperando un abrazo. Él me sonríe pero no me abraza. Espera a alguien más. Ella, mi amiga, sale tras de él, me abraza y me besa. Los tres tomamos un taxi. Ella habla todo el camino y yo voy concentrada en el contacto de la pierna de él contra la mía. Cuando llegamos a casa, ella y él discuten en alemán. Ella sube las escaleras corriendo y se encierra en una recámara. Él me invita a su cama para estar juntos. Ya en la cama, yo busco el extremo opuesto a donde él está para que no me toque, para que no me sienta, para no sufrir un rechazo. Él estira sus brazos para alcanzarme pero yo sigo en esa esquina de la cama sin moverme. Lloro.

viernes, mayo 30, 2008

Bloqueos mentales

Siguen pasando cosas que antes no sucedían. Después de la agitación por la venta de la casa, el cambio de chip con el cambio de vida, la visita que pronto se irá de casa, y otras situaciones que se han ido dando. Me siento, como si una parte de mi cerebro hubiera estado comatoso por algunos años.

Me explico: La sensación de tranquilidad y bienestar que estoy experimentando ahora, pareciera que está borrando muchos episodios de angustia, desconsuelo, desencanto, desesperación que hasta hace relativamente poco tiempo eran factores casi cotidianos en mi vida.

No sé si sea bueno o malo. No sé si deba acostumbrarme a la tranquilidad, a dormir mis 8 horas íntegras. No sé si sea sensato empezar a divertirme otra vez, salir, retomar mis amistades de las que tanto tiempo me aparté para no comprometerlas en pagos o invitaciones; de hecho no sé si sea capaz de ligar nuevamente, ya perdí experiencia.

Sé que tengo prioridades a seguir: ir con el nutriólogo de una maldita vez, comprar mi seguro de vida (por ningún motivo quiero que mi hija pase por una zona de la angustia parecida a la que yo me aventé los últimos 9 años), pagar, pagar, pagar y agradecer el haber salido más o menos completa de esta batalla larguísima contra la nómina, los días y las horas.

¿Se crece durante un coma?, tal vez mi estado no fue comatoso, porque todo el tiempo hubo una punzada de dolor entre el pecho y la espalda, a veces se bajaba a la boca del estómago, a veces fue nudo en la garganta, muchas otras fueron lágrimas que se escaparon de mis ojos sin pedirme permiso. Nunca he sabido que los pacientes comatosos lloren o sufran... los que han salido salen atarugados y les cuesta trabajo reincorporarse a la vida cotidiana... pero nunca he platicado con alguno para que me diga si le dolió, si sentía o escuchaba lo que pasaba acá afuera...

Ahora estoy del otro lado de la baranda. Me bajé de la camilla y quisiera empezar a correr y a saltar de una vez. Sentirme viva. Pero, lo prudente es empezar a dar pasitos, uno tras otro, sin prisa pero sin pausas y ver qué pasa.

lunes, abril 21, 2008

Aprendiendo a volver a soñar...

Están pasando cosas que antes no pasaban, y creo que eso es bueno. Mi hermana llegó el viernes pasado a Guadalajara, con sus hijos; en una semana en que la vida en la familia ha sido simbrada (positivamente) y en la que estamos empezando a decidir sobre lo que será nuestra vida a partir de ahora.

Mónica, mi hermana es una de las personas más importantes en mi vida. Si bien discutimos mucho y en ratos parece que salimos de úteros diferentes, la verdad es que sin ella, en estos momentos, estaría más perdida de lo que me siento.

Hace 8 años, "sin deberla ni temerla", las circunstancias me obligaron a hacerme cargo de lo que entonces era mi familia, o sea mis padres. Mi hermana se fue a vivir fuera de la casa y de la ciudad, mi papá no trabajaba, no tenía pensión, no tenía nada mas que su esposa y una hija con un trabajo estable, del que si bien no sacaba mucho dinero, al menos sobrellevaría el barco. Si, la hija trabajadora era yo. La fábrica familiar se había tenido que cerrar y mi papá no recibiría más su cheque mensual, tal vez una liquidación, pero entre más burros menos olotes, asi que no recibió mucho. Hace 8 años, con 26 años de gloriosa irresponsabilidad; tuve que hacerme responsable de muchas cosas que creo que a mi no me tocaban.

Cuando uno está preparado para asumir responsabilidades: estudiar una carrera, independizarse, casarse, tener un hijo; las cosas parece que fluyen de una manera casi natural y las reponsabilidades no se sienten como tales, o tal vez sí, pero no son agobiantes. Sin embargo, la cosa es distinta cuando la responsabilidad te golpea en la cara sin previo aviso y te obliga a sacar las cosas adelante como puedas. Y eso fue lo que me pasó a mí. Durante 8 años he sido responsable de mis padres, de mi casa y, desde hace 4 años y medio, de mi hija; con todo lo que esto incluye, y si te pones a hacer cuentas sobre cuànto incluye, crèanme, no es tan sencillo.

Entonces empecé a vivir al día. Todo lo que se presentaba debía tener una vigencia de 15 días en promedio (en esta quincena no puedo pagarte, pero para la pròxima me pongo pilas). Hubo que solucionar enfermedades, operaciones, embarazos dificilísimos, partos terribles, diagnósticos médicos que nos dejaron helados... También, hubo muchos errores en el camino, se aceptaron créditos que solo provocaron mantenernos en angustias permanentes por mucho tiempo, y que si bien nos permitieron estar un poco más desahogados, al menos el último año, me mantuvieron despierta largas horas de la noche como quien espera abril. No hubo tiempo para soñar, no había forma de hacerlo. Cuando no era el médico, era la tenencia y si no completar la quincena con 100 pesos en 20 de agosto... Había muchas cosas entre el corazón y el cerebro más importantes (al menos eso parecía) antes que tener el privilegio de soñar.

Entre tanta turbulencia, entre tanta angustia, entre tanto miedo, mi única certeza, mi ancla, mi refugio, mi aliada, siempre fue mi casa naranja. Saber sin darme cuenta, que no importaba cuánto calor hiciera en la calle, al llegar mi casa sería fresca, casi fría... molestarme por la gotera permanente de la escalera, la que me despertaba después de las tormentas de verano y me asustaba su ritmo perfecto, como de pasos subiendo, mismos que yo contaba hasta llegar a 16, cuando mi respiración se detenía esperando el 17, el 18 y entender que nadie estaba subiendo la escalera, sino que era la maldita (bendita) gotera. La casa de muchas puertas que nos sirvieron de escondite a mi hermana y a mi en la infancia. La casa de la terraza con el azador en donde disfrutamos muchos sábados y domingos con los amigos, las cervezas y la carne azada... Esa casa maravillosa, magnífica, se vendió la semana pasada. Y perder esa certeza, ese refugio, hace que me sienta sobre arenas movedizas.

Por eso llegó mi hermana, con una precisión casi milimétrica para sentarnos a platicar y a llorar y a reírnos juntas. Por eso viene mi hermana a despedirse también de la que fuera su casa. Por eso entre kleenex, lágrimas y risas, hicimos un recuento de lo que han sido los últimos 8 años de mi vida. Mi hermana me está ayudándome, de alguna manera, a desempolvar mis sueños, los que dejé guardados hace 8 años y que hasta ahora irán tomando forma otra vez.

Empiezo a rescatarme. A tomar de nuevo mi centro. A tomar decisiones. La mas importante, la primera, soy yo. Hasta hace dos semanas pensé que mi vida estaría supeditada a la vida de otras 3 personas. Hoy vuelvo a ser yo y tal vez sea el reto más grande y el más peligroso de todos. Serán semanas, tal vez meses de muchos cambios, de mucho crecimiento, de ir despegando poco a poco las alas y esto podrá dolerme y dolerle a algunas personas, sobre todo a las más cercanas.

Vienen muchos cambios en mi vida, en la vida de mi hija, en la vida de mis padres. Todos positivos.

Hoy que el viento cambió de rumbo, para mi y para mi familia, no está de sobra agradecer a quienes han estado con nosotros en buenas y en malas. A mis amigos de toda la vida: Toño, Iliana, Ernesto, Alejandro, Lula... a mis tíos y mis tías que estuvieron al pie del cañón siempre cuando se necesitó; a mis primos que nunca perdieron la fé y que siempre me apoyaron en la risa o en la lágrima; a mis jefes, José María y Angélica, quienes muchas veces fueron como padres protectores; en fin... hay tanta gente que estuvo compartiendo con nosotros estos años de vacas flacas... a todos muchas gracias.

Creo que es un buen momento para escribir y describir lo que sucede, porque en las próximas semanas no creo que tenga tiempo de nada o casi nada. La vida está corriendo allá afuera y ahora por primera vez en muchísimo tiempo, no tengo miedo de que la vida se mueva y mueva las cosas; al contrario, estoy ansiosa por ver esos cambios, por ver la vida en pleno reajuste.

miércoles, enero 16, 2008

2007, a días de su desaparición

El 28 de diciembre de 2006, a las 2 de la mañana, sentada frente a una playa de la Bahía de Banderas y acompañada de mi primoHermano Carlos; con vaso de Tiquilito Uff en la mano izquierda y benson mentolado en la otra, decidí que ese, el 2006, sería mi último mal año.

Cansada de que las eventualidades me avasallen, quise comenzar el 2007 como diría el sabio Tristán Tzara "siempre sonriente al desastre más bello". Así, enero era el mes de las ilusiones, los proyectos y la necesidad imperiosa que nada destrozara mi instinto de no sólo sobrevivir el año que estaba empezando, sino disfrutarlo y darle a las tragedias cotidianas, su justo valor.

Así pues, aunque el 2007 no fue un paseo por las nubes, me trajo muchos gustitos y alegrías.

Mi flaca del alma tuvo oportunidad de venir a Guadalajara en dos ocasiones, la primera en marzo, con los niños y la segunda en septiembre, toda la familia. Les organizamos una fiesta a nuestras hijas por sus 4 años, que aún recuerdo con muchísimo gusto y entusiasmo. Vi a mi sobrino Jorge aprender a caminar y a decir algunas de sus primeras palabras.

Me inscribí para cursar mi segunda licenciatura, ahora en bibliotecología, lo cual me hace muy feliz.

Estreché vínculos con mi amigo Sergio López, de la UdeG, quien paciente y prudente escuchó mis quejos en cuanto momento fue necesario.

Conocí a personas muy especiales: Eric de Bruyn, Adriana Rizo, Elisa Ontiveros, Alejandro Rojas, Maritza, José Luis Casasnovas, al señorito Haldo, Raúl Conde, Claudia Reinoso, etc.

Mi princesa de los Rizos Furiosos, entró al Kínder; y pude comprarle su mochila de rueditas para llevar su lonche.

Vi la película Ratatouille, una de las películas de dibujos animados más bonitas que he visto en mi vida; lo mejor fue que no la vi sola, me acompañaron la princesa de los rizos furiosos y los tíos Macaco y Simiesca... no hubo guerra de palomitas pero sí compramos calcomanías al final de la película porque todos nos portamos muy bien.

En agosto la Princesa y yo tomamos un autobús que nos llevó a la hermosísima ciudad de Querétaro, en donde pasamos días inolvidables con nuestros querídisimos amigos los primaverales Monero y Rocío (alias Sol y Luna Moreno del Valle) y sus hijas Erin y Kari; también conocimos nuevos amigos, el Conde Raúl Conde y la creatividad mental y gráfica de la ClauWeb.

Tuve oportunidad de ir a los dos conciertos del año: el de Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat y el de Miguel Bosé. Gracias doña Xaris, por haber hecho posible la mitad del sueño.

Toño y yo pasamos por momentos difíciles, pero como los grandes amores, seguimos tan amigos y unidos como siempre, enfrentando los retos y las dificultades juntos, sabiendo que nuestra amistad es más fuerte y más resistente que nunca.

Compré una laptop, la toshi de mi amiga Ili; así que ahora estoy conectada también desde casa. Gracias por el paro, amiga. Por ti la virtualidad volvió a mi hogar. Se agradece infinitamente.

Me reencontré con mi amigo Salvador Ruiz Velasco, no era de extrañarse porque Chava y yo tenemos la virtud de irnos encontrando de vez en vez, como si nos mantuviéramos unidos por un hilo invisible. Ahora ya intercambiamos mails y libros, entonces es más fácil estar en contacto.

Me inscribí en Red Light Center, ahora juego a ser una avatar sexy, mientras platico con gente de todo el mundo a través de un chat para adultos. Muy divertido. Ahí he conocido personas que vale la pena mencionar: fox (nick) un hombre magnífico, inteligente, tierno y divertido que vive en Amberes y con quien compartí largas horas de las fiestas decembrinas. También mi amigo Vonas (nick), quien de momento vive en Barcelona, divertido, inteligente y quien se ha convertido en un buen amigo con quien comparto largas conversaciones a altas horas de su madrugada.

Así, el recuento 2007, resulta positivo en casi todos los aspectos. Sí, se dieron algunos distanciamientos que me duelen muchísimo todavía, pero que al dar un voto de confianza al tiempo y la distancia, sé que si la vida nos considera importantes, nos volverá a unir con más fuerza.

Para todos, con todo mi cariño, Feliz año 2008!

lunes, enero 07, 2008

Red Light Center

De lluvia interior
De Pedro negando tres veces
De negro / de indio / De rojo
De dolor en los zapatos
De puta arrabalera y cachondona
De lobo y oveja
De amor y odio en la madrugada
De triste sauce llorón
De menudo caliente y cerveza fría
De Músico, Poeta y Loco

todos tenemos un chingo.

(de Pato en "(Póngale usted el título que quiera)", Guadalajara, Ediciones Arlequín, 1994 (Col. Canto de Sátiro), p. 80.)


Durante las vacaciones tuve la oportunidad de pasar algunas horas navegando por internet y me encontré con una nueva forma de chat, que realmente me mantuvo entretenida largas horas de la noche (ya que mis actividades diurnas se concentraron en atender las necesidades primarias, secundarias y terciarias de mi otrora Princesa de los Rizos Furiosos).

Si ya han escuchado hablar de Second Universe, entenderán mejor el concepto de Red Light Center. Second Universe es un mundo alterno, en el que cada quien puede crear su propio avatar con características personales, vestuario, accesorios, creo que hasta cicatrices le puedes meter al avatar... en fin. Una vez que has creado tu avatar para Second Universe, tienes que descargar un mega programa para instalarlo en tu computadora. con el programa y tu avatar, entrarás en una especie de isla en la que podrás "convivir" y conocer a gente de todas partes del mundo, mediante un chat. Incluso ya hay grupos de apoyo de algunos países tales como: Alemania, Australia, España, Francia, y por supuesto, Estados Unidos. Si no pagas, no pasarás de ser un indigente deambulando por las calles de la ciudad ultramoderna de Second Universe, pero, si pagas, tendrás opción de tener tu propio departamento, tu automóvil, ir a fiestas VIP... cualquier parecido con la realidad es totalmente acertado. Consumismo fuera y dentro de tu PC.

Ahora bien, qué pasa con Red Light Center. RLC, es un sitio semejante a Second Universe, pero para adultos, esto es, con tema erótico. Y la ciudad virtual está basada en el Red Light District de Amsterdam.

El procedimiento es el mismo: te das de alta, bajas el programa (aquí tienes dos opciones, bajar la versión básica o la VIP), creas tu avatar (mas austero que el de Second Universe), y una vez que tienes el programa y el avatar, entonces puedes entrar a la Sodoma del Internet. Entre callejones obscuros, antros (muchísimos antros), termas públicas, salones BDSM, sala de ajedrez erótico, hoteles fantasía, restaurantes, acuarios, playas, salones de patinaje, y un mega auditorio muy al estilo woodstock por la cantidad de drogas que pueden consumirse ahí; se puede conocer gente de lo más variado. Incluso está el área "light" del redlightcenter, el área Vancouver, donde hay una recreación de la ciudad canadiense, con auditorios, malecones a la orilla de un mar, restaurantes, capillas para bodas (sí, también puedes casarte) y un despacho jurídico.

Como en Second Universe, hay peladaje y VIPs, y aqui también pueden conocerse y convivir entre ellos, lo único que te diferenciará de ser VIP a simple mortal son dos pequeños detalles: 1. si eres simple mortal tu nick aparecerá sobre tu cabeza de color verde, si eres VIP será de color amarillo y 2. Si no eres VIP no podrás crear tu propia película "anime" con avatares occidentales. Si, aqui el que paga tiene derecho a cojer, peero, hay un dato importante, como en Second Universe, RLC tiene su propia moneda, que en este caso son los "rays", en el momento en que te inscribes tus "rays" están en 0, pero conforme entres al programa y empieces a visitar perfiles de usuarios u otros usuarios visiten tu perfil, se irán acumulando tus rays, cuando llegas a 350 rays, automáticamente subes de categoría sin pagar un solo dólar-euro-yen-libra. Alguien en RLC me dijo que en una tarde junto los 350 rays, cosa que me parece francamente improbable, puesto que yo tengo 2 semanas y a penas llevo 62 míseros rays o sea que mi camino para crear historias ánimes, está casi a la tercera parte. Una ciberamiga de RLC, me dijo que mientras más fantasias o intereses sexuales manejes en tu perfil, más atractivo será y más rápido podrás conseguir los rays para convertirte en VIP.



Por supuesto que no daré información sobre mi nickname en RLC, pero será francamente divertido si en alguna ocasión paseando por las calles de RLC nos encontramos.

RLC vendría a ser el parque de diversiones del alter-ego, un lugar donde está permitido casi todo... creo que la fantasía del ser humano está muy lejos de ser igualada, mucho menos superada... pero si están en el rollo de conocer gente divertida, sin tener que poner una foto suya o datos más en forma, es una buena opción para interactuar con gentes de otros continentes, o países.