jueves, agosto 31, 2006

Con "B" de Boiler

Me quedé sola en mi casa hace unos días. Mujer soltera, 33 años, madre de una niña (inteligentísima) de 3 años de edad, educada en escuelas públicas aunque familiarizada con la religión católica vía familiar; bibliotecaria, escritora en ciernes, talachera de palabras e ideas, viviendo con sus padres, cabeza de familia. A pesar de este perfil que cualquiera podría identificar como el de una mujer independiente, no es el caso. De hecho a partir de aquella tarde me declaro la más humilde de las mortales. Sé preparar pasteles, cocinar quesadillas de queso, sé hacer café (en cafetera eléctrica), bordar en punto de cruz, pegar botones, discutir con mentes brillantes sobre temas brillantes / escabrosos / sonzos / aburridos, en fin, un estuche de monerías, la niña Geo, porque quizás todas estas virtudes, sean las propias de mi sexo; pero debo reconocer que si se le desinfla una llanta al carro, si se funde un foco, si se rompe el empaque de una llave, estoy totalmente perdida. Ahora, ¿qué pasa cuando a una se le apaga el boiler en mitad del primer baño de soltera, en la casa totalmente sola (la hija andaba con los abuelos), teniendo todo el tiempo del mundo para disfrutar la caricia del agua calientita una tarde nublada?, realmente encabronada salí de la regadera, me colgué mi bata de toalla y salí descalza al "pozo" de la escalera de servicio para intentar solucionar el problema.



Ahora sí, el boiler y yo, frente a frente. Pero, no supe qué hacer. Sabiéndome una completa inútil tomé el celular y empecé a revisar a los "hombres" de mi lista:

El Mostro: En su casa no contestan y no trae celular, frustración número 1.

Beno: el "incontestable", el número que yo marqué no está disponible o se encuentra fuera del área de servicio.

Carlos: Qué bueno que me hablas, pero estoy en mitad de una clase, dame 15 minutos y ahorita te devuelvo la llamada, besos, ciao.

Querétaro: Sí, pero no... larga distancia y nos clavaríamos en saber de lo que ha sido de nosotros, para después solucionar el problema del boiler.

Gabo: prima, lamento informarte que en la vida he encendido un pinche boiler... la neta no sé cómo se le hace, déjame checarlo con Adolfo y te hablo, va?

El Inombrable: chale... pero si no hay más remedio...

Si bien las cosas terminaron mal, muy mal entre los dos; hubo mucho amor, mucho cariño del bueno y sé que sólo que fuera realmente necesario podría llamarlo y pedirle ayuda, así que marqué. 4 Timbrazos después, me contestó, después de los saludos políticamente correctos, me preguntó qué quería. Le dije que estaba prácticamente en pelotas, frente al boiler sin saber cómo volver a encenderlo. Después de reírse de mí en mi oreja, me dió las instrucciones: "cierra el piloto... sí, el botón rojo, gíralo hasta donde diga apagado. Espera unos minutos a que se salga el gas que se escapó, luego regresa, gira nuevamente el botón hasta donde diga "piloto", presiona y enciende al mismo tiempo el cerillo cerca del piloto... sí, sé que tienes sólo dos manos, el piloto es ese tubito negro que sobre sale... una vez que prenda, manten el botón presionado unos 3 segundos y suelta despacio, si se apaga otra vez, repite todo como te lo dije". Al final, como al principio, me declaro una inútil funcional en lo que a materia doméstica se refiere, afortunadamente hubo alguien que pudo ayudarme a salir del bache y continuar con mis asuntos bajo la regadera.

Sí, estoy de acuerdo en que todos tenemos un rol en la vida de las personas que se relacionan con nosotras. Muchas veces pueden pasar los años, pueden pasar los enojos, pueden darse los olvidos... Pero en ese momento, lo mejor fue darme cuenta de que si bien con mi Inombrable aprendí que lo mejor de la pasión lo pone el amor, también con él aprendí a encender un boiler. Creo que con nadie pude aprender mejor ambas cosas.

Del Pato (Gustavo A. Hernández Merino)

Instrucciones para el lector

Póngale usted el título que quiera
justo sobre la línea punteada.
(Se sugiere hacerlo con lápiz:
todos somos susceptibles de cambiar de opinión.)

Al igual que con el título,
numere a su elección los puntos del recuadro
y únales con una línea
para obtener la ilustración de la portada.

Forme una ronda
con todos los niños de la casa
antes y después
de leer cada página.
Al término de ésta
pregúnteles
qué es la Vida y quién es Dios.
Puede también,
si lo desea,
cuestionarles
sobre el origen del Dolor o de los Sueños
y de Dónde Venimos y hacia Dónde Vamos.

Le advertimos que las respuestas
le quitarán un día de vida cada una,
pero le ayudarán a comprender mejor el libro.

Cuando encuentre un /
escoja Usted la opción
que más le guste.

En caso de encontrar algo más que un silencio
en las páginas en blanco,
remita su queja de inmediato
a la empresa editorial.
Su queja no será atendida,
pero por lo menos le quedará el consuelo
de saber que alguien la leyó.

Por el contrario
si algún poema le resultara francamente
deplorable / abominable / deleznable / vomitable / despreciable
existe una cláusula en el contrato
del autor con la compañía,
en el cual, se obliga a éste a resarcir su falta
remitiéndole al usuario
un catálogo de mil poemas
para sustituir al defectuoso.

Categóricamente,
se prohibe acompañarlo con leche.
Se sugiere
un café / una botella de tequila / un trago de cicuta / una cerveza / un té.

De igual forma,
se prohibe hacer alusión al Himno Nacional
cuando se encuentren frases salidas
de la Sabiduría Popular.

Al leer el libro,
déjese caer en tentación
no se libre del mal.

Ni por
error / curiosidad / güevos
tenga la ocurrencia de alternar
el sentido original de la lectura.
De hacerlo,
los Demonios le perseguirán mientras exista.

Haga media pausa después de cada ,
una después de cada ;
y dos después de cada

Se advierte que éste libro
es sólo cuchillito de palo:
quien intente cortarse las venas,
matar al vecino,
cazar al nahual
o torturar al ser amado con él
se llevará una gran desilusión.

Consideramos prudente también advertir
que no se encontrará prólogo alguno:
los prólogos sólo sirven
para facilitarle el trabajo
a los reseñadores de los diarios
y a los maestros de ceremonias de las presentaciones.

Igualmente se omite la dedicatoria
porque la musa a quien está dedicado este poemario
tiene una pareja celosa / murió / se fue con otro / no le importa para nada esta edición.

Escriba con sangre en la pared
sobre la cabecera de la cama,
todos los poemas que merezcan ser leídos.
En caso contrario
anotarlos con gris
en la lengua
del zapato.

Si se decide a leerlo otro día,
ármese con una linterna y una brújula.
De noche serán necesarias
una vela y una mujer.

Al término de la lectura,
si se decide a reprobar la publicación de éste libro,
no lo rompa ni lo queme:
de cada trozo o ceniza
surgirá un nuevo libro.

Se recomienda hacerlo rollito
y meterlo en una botella:
cuando todos naufraguemos,
ésta será la botella que usted encuentre:
con el hallazgo Usted
se convertirá en cenzontle o se volverá loco:
las dos opciones son buenas.

Pero,
en caso de que llegara a gustarle,
corra a mirarse al espejo más próximo:
notará que Usted no será ya nunca más el mismo:
habrán empezado a brotarle alas en la espalda.



del poemario (Póngale usted el título que quiera), Guadalajara: Ediciones Arlequín, 1994.

lunes, agosto 21, 2006

Pre-Natal

Para la Princesa de los Rizos Furiosos, a 3 años, ya, de su llegada.
En mi vientre,
dentro
la sangre amotinada,
fuerte.
En el silencio
la luz llovediza,
ternura de manantial
que emana risas.
Dentro
te protejo
del dolor y el frío.
Afuera,
frente al espejo,
no hay más luna enamorada
ni enamorada criatura.
Estamos solos.
Hablamos de noches
sin estrellas
y te procuro una lámpara
sin pensar en tu luz propia.
Las sonrisas vendrán
después,
cuando el dolor
se vaya,
cuando de la sangre
brote la sangre,
cuando la vida
sea.
Guadalajara, Jal., durante los tormentones del 2003. (Bitácora de la espera)