jueves, noviembre 30, 2006








Despertando con la Princesa de los Rizos Furiosos.


Una mañana cualquiera, la Princesa de los Rizos Furiosos se despertó molesta. Como siempre que se despierta cuando no quiere despertarse, comenzó con una larga lista de monosílabos inconexos entre quejidos y lamentos que le dolerían al más duro de los gnomos. La Princesa de los Rizos Furiosos no sabe todavía distinguir sus dolores, sus molestias. Es demasiado pequeña.

Aquella mañana no fue la excepción: sin abrir siquiera los ojos, tanteó sobre su cama cubierta de algodón crudo, alcanzó a su perro de peluche, lo abrazó casi hasta estrangularlo y lo pasó por debajo de su cuerpo, como si intentara protegerlo. Mientras, aullaba en el silencio a la luna, ya oculta en el lento inicio del día, como si deseara que ella le diera alivio al dolor que sentía; o bien, que regresara el tiempo y le permitiera seguir durmiendo cobijada bajo un manto de estrellas artificiales que brillan ante el más leve indicio de luz natural o artificial.
--Mi princesa amaneció molesta-- Es la mamá de la Princesa que se ha acercado a la habitación de la pequeña, tan pronto ha escuchado el debate de lamentos, monosílabos y quejidos --¿acaso querrá un chocomilk grandotote?
-- Sí, mamá, uno para mí, otro para perro, otro para Nonno, otro para Nonni, otro para tus tías, otro para el lobo...
--¿Los lobos toman chocomilk?
--Sí, y los elefantes y los cocodrilos y los ratones... pero las cucarachas no, ¿eh?, a las cucarachas no les gusta el chocomilk.
Ante la convicción de lo antes descrito y después de poner en marcha la dósis necesaria de razones y motivos por los cuáles hay que levantarse y vestirse para ir a la escuela; la mamá de la Princesa se dirige a preparar los licuados.
Una vez afuera de la casa y antes de subirse a su carro, la Princesa hace la última advertencia antes de que su Nonno cierre la puerta tras de él.
--Cuidado, Nonno!, vas a apachurrar la cola al elefante, ¿no lo ves?
--Oh, Perdone usted, señorita, qué descuidado soy...-- y el Nonno, tranquilo, deja que salga el elefante y todavía espera un poco más, no sea que en un descuido los ratones se queden encerrados en la casa.
Desde mi ventana, en el otro extremo de la calle, veo cómo se suben al carro, por fin la Princesa va feliz a la escuela. Mientras se alejan, me parece que el carro va más pesado, más lento que de costumbre... pienso que podría ser oportuno el comprar próximamente una camioneta, un remolque, o un tren cargado de papas y refrescos, como el que me ha contado la princesa, llega del campo hasta la ciudad. Será necesario un nuevo transporte que pueda llevar cómodamente a los amigos de la Princesa.


Detalles del mural realizado por artistas de CASIOPEA para el área infantil de la Feria Internacional del Libro 2006, en Guadalajara, México. El relato "Despertando con la Princesa de los Rizos Furiosos" fue parte del trabajo que se realizó para apoyar la creación de dicho mural que tuvo como tema "La ciudad de los cuentos".

El Moro

"Sufro la inmensa pena de tu extravío,
siento el dolor profundo de tu partida,
y lloro, sin que tú sepas que el llanto mío
tiene lágrimas negras, tiene lágrimas negras
como mi vida..."
Los dos sabemos que no puede pasar nada. No han sido necesarios las precauciones, estar atentos al calendario, hacer uso de preservativos, métodos de anticoncepción, remedios caseros contra el mal de amores. Y sin embargo…

El diagnóstico de los seis médicos que me han revisado nunca ha presentado diferencias. Soy estéril desde la tarde en que el Moro me levantó en astas por la ingle durante dos segundos, para luego soltarme violentamente contra la arena entre convulsiones, mis gritos y el silencio total del público. Me dicen, los médicos, la familia, los amigos, que corrí con suerte. El cuerno pudo haber llegado a perforar la arteria y hubiera muerto en cuestión de minutos…

Van a ser las 12, pronto se reunirán los apoderados para llevar a cabo el sorteo de los toros. Debo prepararme, remover de mi piel la sensación de su cuerpo sobre el mío, deshacerme de sus besos. Concentrarme. Abrir el sobre que ha dejado sobre la mesa, sabiendo de antemano la noticia que llegará para cambiarlo todo o seguir con todo como ha sido hasta ahora. La cama sigue el desorden de nuestros cuerpos.

— Pásame los cigarros del bolso — me ha pedido y ha salido el sobre entre mis dedos.

— ¿Qué es esto?— he preguntado casi sabiendo la respuesta.

— El resultado de mis análisis. Me he sentido cansada, mareada, con sueño… así que fui al médico y me mandó hacer los análisis, sólo por rutina… no creo que sea algo irremediable…

Son las doce. Pronto sabré si será el primero o el cuarto de la tarde. No puede ser otro. El Moro tiene una deuda conmigo y su hijo viene a cobrarla esta tarde. Han pasado seis años desde aquella faena. Y yo que creía que aquella sería mi tarde… seis años que he pasado con Mariana entre las sábanas. Seis años esperando encontrarme con el hijo de el Moro”, seis años luchando sobre esta cama con la misma mujer…

— ¿Has visto la hora que es?, me esperan en la promotora… casi no tengo tiempo para nada… ¿me pasas las medias?, gracias… no iré a la corrida, sabes que no soporto la angustia de verte en el ruedo… te espero aquí, todo saldrá bien… ¿quieres que traiga algo para comer, se te antoja algo en especial para la cena?... ahora me tengo que ir, si piensas en algo, si se te antoja cualquier cosa, mándame un mensaje al celular, ¿va?, cuídate. Bye.

El sobre, Mariana, el Moro, la vida… ¿es posible que en una tarde se resuelva todo?, Mariana no sabe que me enfrentaré, si Dios quiere, contra el hijo del Moro, como no tampoco sabrá que seré el primero en leer el resultado de sus análisis.


— Jesús, qué bueno que me llamas, cuéntame, ¿hicieron el sorteo? Sí es nuestro toro… bien. El hijo del Moro el primero… “Morillo”, menudo nombre… y el Pinto el cuarto. Gracias, nos vemos más tarde.


EPÍLOGO

La nota en el noticiero:


El día de hoy se visitó la casa del que hasta ayer fuera el más grande torero que ha dado nuestro país en los últimos años. El matador Joaquín Bustillos, enfrentó el día de ayer al primero de la tarde, “El Morillo”, hijo del Moro, que fuera el toro que hace seis años lidió en esta misma plaza, sin poder llevar la faena a término por la terrible embestida que recibió entonces. En aquella ocasión, Bustillos ha pedido el indulto para el Moro antes de salir del ruedo, mismo, que en un acto insólito, fue concedido por el juez de plaza. Ayer, el Morillo no ha agradecido el perdón que el torero concediera a su padre hace seis años, dando como resultado el fatal acontecimiento que todos conocemos. Todavía está encendido el altar a la Virgen María y al Sagrado Corazón de Jesús, como esperando ser apagado por el mismo Bustillos. Le sobreviven su esposa, Mariana Bustillos quien, devastada, ha dado la noticia del embarazo de quien sería el primogénito del Torero. Hasta aquí la noticia.




Publicado en Revista Carpeta de Arte "Casiopea", número 12, noviembre 2006. Guadalajara, México.
La fotografía, corresponde a una invitación olvidada o desechada dentro del ruedo de la Plaza de Toros "Nuevo Progreso", en Guadalajara, México, presumiblemente durante la corrida del domingo 5 de noviembre de 2006.

Huele a FIL...




Entrar en la Expo a las 9 de la mañana, saber que estará prácticamente vacía, salvo algunos trajeados que se apresuran para las primeras citas de negocios. trajeados cultos o semicultos que viven la desorientación del primer día, aunque sepan el número del stand, la calle a la que van o el salón al que deben dirigirse para volver a encontrarse con la vorágine filera de cada año nuestro. En las escaleras del vestíbulo noto un olor peculiar. Mi nariz siempre me delata. Huele a FIL.
Sintiéndome parte de la fiesta camino directa al centro de negocios para asistir al coloquio de bibliotecarios. Entré al salón cuando Trino Padilla iba de salida, su última apertura de Coloquio de su administración. Primer rostro conocido. Busco algún rostro familiar, por allá está Sergio saludando a Helen; un poco más acá está la impresionante cabellera de Lucy, la de Colima; veo la cabeza de Mica del ColMex, saludo a lo lejos a Martha, del CIDE, y un poco más allá ubico a Norma de la UNIVA y a Luz Elena del Consulado. Martha Enciso también anda por aquí y rostros que conozco, de los que no recuerdo sus nombres, me sonríen o saludan, tímidos, como sabiendo que no los recuerdo... No es si no hasta el primer receso, a las 11, que la interacción realmente comienza, la reubicación en las sillas, todos buscan sus "filias" y Martha Hano y yo, nos hacemos una con Mica, somos el grupo de los colegios, es bueno que así nos identifiquen.

A las 2, que termina el coloquio, tengo una invitación para comer en La Camelia, con los bibliotecarios de la American Libray Association ALA, y con el grupo REFORMA de bibliotecarios hispanos en Estados Unidos. El restaurant no es bonito, la comida no es buena, pero la reunión es interesante y recibo la segunda invitación de la feria para asistir, esa noche, al brindis que ofrece el Consulado Americano a los bibliotecarios en el Crown Plaza. Terminando la comida, regreso otro rato a recorrer los pasillos de la feria y me encuentro con las fotos de los que han participado en ella.








entre un buen de caras conocidas y desconocidas, aunque debo decir que pensé que la convocatoria a "tómate la foto" sería más nutrida, la neta no me parece que sean los que están, pero es una buena muestra.


Por la noche me encamino al Crown al coctel, la neta se me dificulta interactuar con gente que no conozco o bien, que sí conozco pero tengo años que no veo, así, me procuro una alegre "margarita" (alguien dijo que las margaritas eran alegres y a migables) y me quedo en un extremo del kiosko donde fue la reunión. Al poco rato de dar sorbitos a la márgara y medir el terreno (por allá están unos colombianos, más acá están unos argentinos, aquí me saluda Sergio de la UdeG, Luz Elena siempresonrisas me sonríe desde su puesto junto al cónsul), se me acerca un individuo (de no malos bigotes), y comienza una conversación por demás estudiada: "de qué biblioteca vienes?, cuántos ejemplares manejas?, estás en AJBAC?, qué puesto tienes en tu biblioteca?, etc., etc.", luego, la Geo comienza a dar respuestas. Percibo un reconocido acento medio mochado en la voz de mi interlocutor, así, me atrevo a preguntar de dónde viene "vivo en Guadalajara desde hace poco tiempo, pero soy de Washington", seguimos la conversación de que si Guadalajara es bonita, de que no conozco Washington, pero que me gustaría conocer en algún momento y entre risas y puntos en común, quedamos de tomarnos un café próximamente. Es el momento de intercambiar tarjetas de presentación y mi sonrisa se congela (al más puro estilo Lizy McWire) al darme cuenta de que andaba de volada, nada más y nada menos, que con el viceconsul de los estados unidos en Guadalajara... Cenamos juntos, me invitó a platicar sobre mi biblio en el consulado y quedó pendiente un café para mejor ocasión.

Martes. El coloquio aunque interesante, puede llegar a ser cansado. A las 10:30 a.m., llegaron un grupo del staff de FIL a entregar invitaciones para la serie de coctéles que darán algunos stands: Thompson, McGrawHill, Diana, los Colombianos, los Cubanos, de las 11:00 a las 2 de la tarde, el alcohol en forma de vino tinto correrá por los pasillos de la FIL y considero oportuno desaparecerme un rato para interactuar con los libreros. Vinito tinto por aquí, sonrisitas por allá, salucita y mucho éxito por todas partes y la Geo siguiendo la ruta etílica de la FIL. Regreso al coloquio a la una para presenciar la última mesa del martes y ver con quién voy a comer antes de alistarme para la presentación de Casiopea. Martha quiere irse al centro a comer a la Chata, Diosquelabendiga, Mica y Lilia van a comer en el Hilton connoséquién, todos tienen planes menos yo, y mi presupuesto no alcanza para pegármeles a las del Hilton, así que me voy a la cafetería, pido mi sushi de 35 pesos y una coca, 17 pesos... y como y leo la jornada, público, y el catálogo de autores andaluces. Todo, salvo la Coca y mi sushi, totalmente gratis.



A las cinco, la presentación, una vez más, de Casiopea; en otro post subiré mi texto pa que lo lean y lo comenten. Descubrí que las cinco de la tarde es la peor hora para cualquier tipo de presentación o conferencia. Si no fuera porque el Doctor Cardaillac dijo que iba a presentar una revista, los homo sapiens del staff no lo hubieran dejado pasar porque debía hacer fila y esperar su turno de entrada. Así las cosas, muchos de los artistas invitados, de los escritores, sucumbieron ante la avalancha de cientos de jóvenes que no tienen ni puta idea de lo que es la FIL y que van tan sólo a cumplir con la asistencia para que el profe les ponga dos puntos más en su calificación de fin de semestre, y entonces, el salón Agustín Yáñez, destinado para 150 asistentes, contó con la presencia de no más de 30 entre los que estuvimos algunos artistas que colaboramos con el número 12 de Casiopea. Aquí las fotos:





La neta, cuando terminó la presentación yo ya estaba hasta la madre de ruido, gente y falta de dinero. Ir a la FIL sin dinero es como ir a comer sin dientes... nomás ves pasar los cortes (una que es más bien carnívora) y no puedes pegar la mordida; así que aprovechando que el primero en desafanarse era mi primo Adolfo, le caí a mi casa para descansar un rato y luego irme a la Afterparty de la presentación, en Los de Abajo (Liceo y San Felipe), ahí conocí la música del "Descanso de Claudine", y salí encervezada y agotada, junto con mi primo Gabo, a las 3 de la mañana.








Lo que me hizo falta... que siempre hace falta algo más que dinero, es haber visto a algunos de mis ex-compañeros de la facultad, a los que a últimas fechas he recordado: Trilce, Verónica, Luis Fernando, Juan Pablo, Franci... También me faltó compartir algo de la euforia o mucho de la misma con mi Mostro, aunque sé que el próximo año, todo volverá a ser como cuando éramos irresponsablemente felices, con más canas, pero con las mismas ganas de siempre.
Lo que me chocó: la prepotencia del staff de apoyo, la falta de ceniceros, lo caro de los libros. La dependiente (uruguaya) del stand de Uruguay, cuando le pregunté por Oliverio Girondo y me dijo: No es nuestro. A lo que arguí: Girondo es Uruguayo... "pero nunca publicó en Uruguay, no es nuestro, no lo traemos".
Lo que me encantó: El ruido, la fiesta, los olores, los rostros, el cansancio, el saber que no importe cuántas veces la camine, cuánto la conozca, cuánto me la sepa de memoria, siempre habrá algo que me sorprenda de la Feria, de mi fiesta, de mi mejor momento de noviembre.

Todavía no se acaba. Aunque ayer terminó mi función académica dentro de la Feria. Ya siento nostalgia. Este año, Andalucía me trajo ruido, me trajo fiesta, me trajo clavelitos en el ruedo, toros frente al burladero, vino tinto, cante, tablado y risas. Es jueves y no sé si tendré fuerza para acudir más tarde a la feria, tal vez, dejar reposar el buen sabor de boca con que he llegado de regreso a la realidad. Lejos del ruido, más cerca de mis libros, de lo que es mío... Vuelvo a la naturaleza de las cosas sencillas, a la risa con los amigos, los de cerca, los de siempre. Vuelvo a las actividades cotidianas tan preciosas y exactas para respirar, para seguir viviendo. Vuelvo a la espera, del año siguiente, y retomo, parafraseando un poema que me encontré entre los muchos libros que tuve la oportunidad de hojear, que no de comprar, lo siguiente:


"Bajo los puentes, como niñas perdidas de la calle, las ciudades se duermen bajo la enfermedad de las estrellas"









viernes, noviembre 24, 2006

Toma de Decisiones

Mis estimados, arbitrariamente cambié la plantilla de mi blogspot, pero me gustaría conocer sus puntos de vista, dejamos la nueva o retomamos el tono verde feliz?

Saludos.

Geo.

miércoles, noviembre 22, 2006

CROMÁTICA TAURINA


Otra vez llega la FIL y por segunda ocasión me trae el fantástico regalo de publicar un cuento en la Revista Carpeta de Arte Casiopea.
La presentación será el martes 28 de noviembre a las 17:00 horas en el salón Agustín Yáñez del centro de negocios de Expo-Guadalajara.
Quienes participamos:
Escritores: Louis Cardillac, Georgina Torres, José Brú, Juan M. Chávez, Juan M. Sarabia, Juan Vázquez, Laura Zohn, Malitzin, Raúl Bañuelos, Zazil Alaide, Rafael Morales (homenaje).
Artistas Plásticos: Lucía Maya (portada), Alessandro Mejía, Edna Cantoral, Gabriela Tolentino, José Luis Malo, Lilia Fernández, Luis Caballo, Norma Pardo, Sandra Carvajal, Víctor J. Fernández.
Espero verlos por allá.