domingo, noviembre 29, 2009

A unos días de la desaparición del 2009.

Me propongo a no comprometerme con ningún tipo de propósito para el 2010. Con los que se han venido acumulando, creo que tengo para entretenerme, en no cumplir, otros 365 días.

Cabe aclarar que hay algunas cosas que se han modificado en mi comportamiento: dejé de fumar y de tomar... no sé si sea un logro... pero sé que no hecho de menos ninguno de esos hábitos. Tampoco me he vuelto una obsesa por la salud y los buenos hábitos, no, no... quizá sea que mi ritmo social ha disminuído notablemente y lo que yo consideraba algo habitual, se ha reducido a comportamientos sociales adquiridos por asimilación o por ganas de ser aceptada en cierto(s) grupos.

Hay otras cosas que no cambio. Que no cambian. Sigue mi afición a ilusionarme, me declaro una "kamikaze de ilusiones". Aunque no consiga nada. Aunque me quede, como diría Pablo Guerra, "cerca del amor", más vale pasar cerca que ni siquiera voltear a verlo... Ahorita estoy en la ilusión, sonrío ilusionada, respiro ilusiones. La ilusión tiene nombre, también apellido. Me gusta. Me estimula. Cuando estoy cerca de él casi logro creer que soy mejor persona.

No dejo la virtualidad, qué va. Me declaro adicta a las redes sociales, particularmente al face-book. Gracias a ella me he reencontrado con grandes amigos, he retomado antiguas relaciones, he descubierto que hay personas que me quieren y me extrañan, tanto como yo las he echado de menos.

Hay muchas cosas que han cambiado en mi vida durante este año. Me esguincé un tobillo, me quedé sin biblioteca, me dejaron sin los rostros cotidianos de 13 años (eso es lo más cabrón que le pueden hacer a cualquier persona); pero (benditos sean los "peros") tuve la oportunidad de conocer a otras personas. Me cerraron una puerta y se abrieron 20 ventanas. Ahora mi casa está bañada por la luz y el viento, entran olores diversos, cantos de pájaros, silbos del campo, e invariablemente hay música en el aire. Ahora convivo más con los míos, los redescubro y me doy cuenta de que no hay mejor lugar para estar que estar cerca de ellos, quererlos, mimarlos, soy parte de ellos y soy feliz de ser.

Me sobran los motivos (y hace 9 meses pensé que jamás lo diría) para estar contenta y agradecida con lo que estoy viviendo ahora. Con todo. Con nada.

Les dejo un poema de mi amiga, Angélica Maciel, de su poemario "viento versal":

Norte 360(grados)
Retorno a un mismo punto

1

La escritura es la soleda de los peces ciegos en el fondo,
la intimidad de las ideas llena sin interlínea ni espacios de espuma desaparecida,
el halo frío de los astros al borde de los secretos.

Es escuchar gemir al albatros, el grito de su alma abierta.

Sacudir el polvo al horizonte.
Simple: destruido y colmao de demasiados vientos.

Se predijo el no-regreso
Sucede: aquí volvemos.
Navegamos por las mismas aguas
y sus olas nos dicen: en la arena igual,
igual se pronuncia el sonido de la roca.