lunes, abril 21, 2008

Aprendiendo a volver a soñar...

Están pasando cosas que antes no pasaban, y creo que eso es bueno. Mi hermana llegó el viernes pasado a Guadalajara, con sus hijos; en una semana en que la vida en la familia ha sido simbrada (positivamente) y en la que estamos empezando a decidir sobre lo que será nuestra vida a partir de ahora.

Mónica, mi hermana es una de las personas más importantes en mi vida. Si bien discutimos mucho y en ratos parece que salimos de úteros diferentes, la verdad es que sin ella, en estos momentos, estaría más perdida de lo que me siento.

Hace 8 años, "sin deberla ni temerla", las circunstancias me obligaron a hacerme cargo de lo que entonces era mi familia, o sea mis padres. Mi hermana se fue a vivir fuera de la casa y de la ciudad, mi papá no trabajaba, no tenía pensión, no tenía nada mas que su esposa y una hija con un trabajo estable, del que si bien no sacaba mucho dinero, al menos sobrellevaría el barco. Si, la hija trabajadora era yo. La fábrica familiar se había tenido que cerrar y mi papá no recibiría más su cheque mensual, tal vez una liquidación, pero entre más burros menos olotes, asi que no recibió mucho. Hace 8 años, con 26 años de gloriosa irresponsabilidad; tuve que hacerme responsable de muchas cosas que creo que a mi no me tocaban.

Cuando uno está preparado para asumir responsabilidades: estudiar una carrera, independizarse, casarse, tener un hijo; las cosas parece que fluyen de una manera casi natural y las reponsabilidades no se sienten como tales, o tal vez sí, pero no son agobiantes. Sin embargo, la cosa es distinta cuando la responsabilidad te golpea en la cara sin previo aviso y te obliga a sacar las cosas adelante como puedas. Y eso fue lo que me pasó a mí. Durante 8 años he sido responsable de mis padres, de mi casa y, desde hace 4 años y medio, de mi hija; con todo lo que esto incluye, y si te pones a hacer cuentas sobre cuànto incluye, crèanme, no es tan sencillo.

Entonces empecé a vivir al día. Todo lo que se presentaba debía tener una vigencia de 15 días en promedio (en esta quincena no puedo pagarte, pero para la pròxima me pongo pilas). Hubo que solucionar enfermedades, operaciones, embarazos dificilísimos, partos terribles, diagnósticos médicos que nos dejaron helados... También, hubo muchos errores en el camino, se aceptaron créditos que solo provocaron mantenernos en angustias permanentes por mucho tiempo, y que si bien nos permitieron estar un poco más desahogados, al menos el último año, me mantuvieron despierta largas horas de la noche como quien espera abril. No hubo tiempo para soñar, no había forma de hacerlo. Cuando no era el médico, era la tenencia y si no completar la quincena con 100 pesos en 20 de agosto... Había muchas cosas entre el corazón y el cerebro más importantes (al menos eso parecía) antes que tener el privilegio de soñar.

Entre tanta turbulencia, entre tanta angustia, entre tanto miedo, mi única certeza, mi ancla, mi refugio, mi aliada, siempre fue mi casa naranja. Saber sin darme cuenta, que no importaba cuánto calor hiciera en la calle, al llegar mi casa sería fresca, casi fría... molestarme por la gotera permanente de la escalera, la que me despertaba después de las tormentas de verano y me asustaba su ritmo perfecto, como de pasos subiendo, mismos que yo contaba hasta llegar a 16, cuando mi respiración se detenía esperando el 17, el 18 y entender que nadie estaba subiendo la escalera, sino que era la maldita (bendita) gotera. La casa de muchas puertas que nos sirvieron de escondite a mi hermana y a mi en la infancia. La casa de la terraza con el azador en donde disfrutamos muchos sábados y domingos con los amigos, las cervezas y la carne azada... Esa casa maravillosa, magnífica, se vendió la semana pasada. Y perder esa certeza, ese refugio, hace que me sienta sobre arenas movedizas.

Por eso llegó mi hermana, con una precisión casi milimétrica para sentarnos a platicar y a llorar y a reírnos juntas. Por eso viene mi hermana a despedirse también de la que fuera su casa. Por eso entre kleenex, lágrimas y risas, hicimos un recuento de lo que han sido los últimos 8 años de mi vida. Mi hermana me está ayudándome, de alguna manera, a desempolvar mis sueños, los que dejé guardados hace 8 años y que hasta ahora irán tomando forma otra vez.

Empiezo a rescatarme. A tomar de nuevo mi centro. A tomar decisiones. La mas importante, la primera, soy yo. Hasta hace dos semanas pensé que mi vida estaría supeditada a la vida de otras 3 personas. Hoy vuelvo a ser yo y tal vez sea el reto más grande y el más peligroso de todos. Serán semanas, tal vez meses de muchos cambios, de mucho crecimiento, de ir despegando poco a poco las alas y esto podrá dolerme y dolerle a algunas personas, sobre todo a las más cercanas.

Vienen muchos cambios en mi vida, en la vida de mi hija, en la vida de mis padres. Todos positivos.

Hoy que el viento cambió de rumbo, para mi y para mi familia, no está de sobra agradecer a quienes han estado con nosotros en buenas y en malas. A mis amigos de toda la vida: Toño, Iliana, Ernesto, Alejandro, Lula... a mis tíos y mis tías que estuvieron al pie del cañón siempre cuando se necesitó; a mis primos que nunca perdieron la fé y que siempre me apoyaron en la risa o en la lágrima; a mis jefes, José María y Angélica, quienes muchas veces fueron como padres protectores; en fin... hay tanta gente que estuvo compartiendo con nosotros estos años de vacas flacas... a todos muchas gracias.

Creo que es un buen momento para escribir y describir lo que sucede, porque en las próximas semanas no creo que tenga tiempo de nada o casi nada. La vida está corriendo allá afuera y ahora por primera vez en muchísimo tiempo, no tengo miedo de que la vida se mueva y mueva las cosas; al contrario, estoy ansiosa por ver esos cambios, por ver la vida en pleno reajuste.

4 comentarios:

white dijo...

Ha sido un delite leer, que de lo negro pasaste a la Luz,, felicidades chica.

Esta es mi primera visita a este tu blog, que se que no vienes mucho por aca, pero de todas fomas, te deseo lo mejor para este 2008.

Unknown dijo...

Sani de mi alma. Me hace feliz que seas feliz, que puedas dormir tranquila y si no deseas soñar, tómate la libertad de hibernar un tiempecito para despertar con energías inmensas y con un hambre feroz de acabarte el mundo. Abrazos eternos. Tu siempre amiga.

white dijo...

Oh gracias por regresar la visita,,y ojala que estos cambios sean para bien,,por cierto tambien conoci a tu princesa de los rizos,,es un gran tesoro.

Queen Loana dijo...

Te admiro Geo. Es bueno saber que reconectas aquellos cables de infancia, de lucha, de ser.
Un abrazo.