miércoles, noviembre 23, 2005

Llegando a los 33


Es una bendición el no tener líneas de expresión en el rostro.
Es una aberración que me siga gustando comerme el duvalin sin palita.
Es una fantasía el que llegue el amor a mi vida.
Es karmático que sigan invitándome a romper la piñata.
Es una frustración crónica el haber crecido sin abuelos.
Es una locura seguir trabajando en donde trabajo.
Es una cosa fantástica haber aprendido a manejar automóvil estándar.
Es una maravilla que mis padres se sigan preocupando por mí.
Es muy placentero despertarse en la mitad de la noche y no darle mayor importancia.
Es angustiante la necesidad de estar preocupada por alguien.
Es siempre indecente la línea escrita después del sexo.
Es fascinante mi parecido con la hija.
Es triste no dedicarle más tiempo a mis filias.
Es mórbido contestar una llamada después de las 12 de la noche.
Es una delicia despertar acompañada en cama propia o ajena.
Es mágico el irme descubriendo en lo que he escrito.
Es una tontería no darle crédito a mis ideas.
Es extrañísimo dejar guardada a la imaginación.
Es sugestivo delinear mis ojos y mis labios.
Es (sigue siendo) pecado el pan, los chocolates, la coca-cola, las pastas.
Es un cumplido que me digan que me veo más joven que mi hermana menor.
Es una perversión pensar en otros fines para el Hershey’s, las fresas y la crema batida.
Es hilarante que las amistades de mis padres me sigan viendo como “la niña”.
Es un acto de tenacidad, para los demás, mi manera de proceder ante ciertas situaciones.
Es inaudito el que me gusten los huevos revueltos aderezados con catsup.
Es de buen gusto el sonreír, mirar a los ojos y ser atenta con los demás.
Es un escándalo cada texto erótico que publico.
Es inconfesable mi soledad a crédito.
Es inconfundible mi risa entre la gente.
Es impensable el viajar más de 2 meses continuos.
Es insólito el uso que se le puede dar a un chocolate.
Es inconveniente dejar de soñar.
Es meritorio seguir preguntando.
Es común que me aburran los adultos.
Es oportuno reflexionar sobre lo que se ha dicho.

3 comentarios:

Ernesto Rodsan dijo...

No sé si sentir chido por lo que dices de que "es común que me aburran los adultos", porque creo que te ríes mucho conmigo. Eso quiere decir que no soy uno de esos que te aburren?
Je
Greetings

libréluna dijo...

A tí no te considero un adulto, Mostro querido, tú eres lo más cercano a un cómplice, a un hermano, a un confabulado; contigo comparto el 70% de mis risas, sueños, algarabías, llantos, euforias, historias e histerias... tú no podrías ser un adulto aunque a veces te guste poner cara de serio y creer que eres adulto cuidando tu tiempo, tus piensos y tus sientos...
Thanks for being around...

Anónimo dijo...

Felicidades.
Bienvenida al infierno.