viernes, noviembre 18, 2005

De regazón y cosas piores...

Entonces resulta que una va metiendo la pata, regándola, jodiéndose de a poquito… pero también es un hecho de que una no se da cuenta de la situación, hasta que tiene el agua o la mierda hasta el cuello. Una empieza como jugando, como no queriendo la cosa, a regarla, no se da cuenta hasta dónde le está permitido llegar, en dónde están los límites… de hecho no se da cuenta si hay límites, cree que todo está permitido, que todo es parte del juego y un buen día, cuando el sol está totalmente desperezado en lo alto del cielo, cuando los pájaros cantan encerrados en su felicidad matutina, cuando los árboles se van pintando de amarillo y el viento empieza a ser más frío, más de invierno, ese día cuando todo parece que la vida seguirá su rumbo, su tiempo, su risa, todo se detiene y empieza a retroceder. La tahona empieza a dar la vuelta en dirección contraria y el jiote, el que ya fue machacado una vez, ve con temor que viene de regreso esa mole de madera, esa trituradora viene una vez más a pisarlo, a lastimarlo… pobre jiote, él que pensó que ya la había librado, que pronto sería feliz desecho en el campo, resulta que la tahona se está regresando y lo volverá a pisar, le dará una segunda o una tercera vuelta y volverá a sufrir de la opresión, del sentimiento de no ir a ninguna parte, de no tener salida ni remedio.

Y entonces, una se da cuenta de que se ha perdido terreno, y quiere creer que sería bueno tener “de lo perdido lo recuperado”, pero sigue doliendo, sigue la espinita de querer gritar que son chingaderas, que las cosas pueden ser más maduras, que si no se entendió el juego es porque no se quiso entender como lo que era, un juego tonto…

Me queda recoger mis juguetes, irme al jardín y divertirme yo solita; es invierno, el frío ya me está llegando a los huesos, pero no pienso entumirme, voy a seguir jugando, voy a seguir queriendo, yo sólo quise jugar pero creo que mi compañerito de recreo era demasiado serio, demasiado formal para los juegos que quise inventar con él.

Me duele el retroceso, la pérdida de alguien con quien había logrado identificarme en la risa, en el llanto, alguien con quien había logrado una comunicación de fondo, esencial… pero cuando una la riega de esta manera… ¿qué sigue?, cuando una se da cuenta de que fue una gran ofensa lo que se consideró travesura, risa compartida… ¿qué se hace?, ¿cómo se sigue adelante?...

No me quiero amargar, ni amargaré tampoco al lector, al fiel lector que me lee de cuando en cuando, usted lector, que no ha dejado de llegar hasta esta tierra en donde se ha enterado de deseos, sueños, discusiones y tormentos, no le amargaré el día, le contaré el chiste del pollito que se llamaba Resistol, que se cayó y se pegó, o el chiste al revés: primero ríase… ya ve qué fácil?, verdad que no lo he amargado?, verdad que no le destrocé su día?, usted ríase, lector amigo, lector cómplice, lector de minutos en los que le comparto, el día de hoy, dos chistes malos por una buena idea de lo que significa quedarse, otra vez, sola.

2 comentarios:

Ernesto Rodsan dijo...

Mi querida Mostra:
Muchas veces las cosas no son lo que uno quiere. Uno hace sus esfuerzos, encamina sus sueños, sus anhelos y sus pasiones hacia una dirección y luego las cosas no resultan como uno las pensó. De hecho, si algo me ha enseñado la vida es que tiene un sentido del humor culerísimamente negro. No te pediré que te rías de ella, porqué sé que pronto lo harás, cuando llegue el rato de hacerlo, cuando tu te sientas de ese tenor.
Viene el frío y se puede colar hasta lo huesos, pero el frío no es la muerte, el frío es una temperatura nada más. A mí me gusta sentir como se me estira la cara por el frío, es algo que he disfrutado desde niño.
Sé que cualquier cosa que diga está demás, por eso mejor aquí le dejo.
Greetings

Anónimo dijo...

Paz amor y Lucas Bols.
Princesa Mex.
Tu tambien no te tomes tan en serio.
Toma Ginebra, escucha a Bebe (la Valenciana que canta Malo. Su CD: Pafuera Telarañas).
Y todo pasa.
Sobre todo este tipo de cosas.
Dale pa delante. Que nos esperan muchos mas tangos.