Cuand yo sea perro y tú también, podré quizá decirte tantas cosas, que ahora con voz, letras e historias no podría decirte tan bien y tan claro como cuando seamos perros. Lo que sí podría decirte es que llevo 3 años al pendiente de ti, de tu vida y tus historias, de tus histerias y tu tranquilidad. Pero nunca te lo había dicho porque no había encontrado el momento. Hay tanto ruido al rededor de nosotros. Y mi miedo a ser descubierta era más grande que mi afición por ti.
Un día, cuando seamos perros los dos, podré decirte tantas cosas que me han desvelado algunas noches. Podré decirte por qué no he escrito esa carta que te prometí hace dos meses. Por qué me pierdo días antes de volver a encontrarte. Por qué busco en mi centro cosas que me distraigan, que me aparten de ti.
Un día, cuando seamos perros; tal vez yo sea mejor persona o tal vez no. Pero quizá tenga la fuerza entonces de respirar profundo y decírtelo todo, lo que quieras oír y lo que no quieras, y podremos jugar en llanos cubiertos de pasto verde, bajo el azul del cielo; y nos enlodaremos en los charcos, y no habrá nada más que risa, juego, pasto y cielo azul.
Un día, cuando seamos perros; prometo darte un beso o dos... prometo no dejarte, prometo verte a los ojos y decírtelo todo.
Hoy, todavía soy un avestruz.
sábado, julio 14, 2007
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1 comentario:
Ojalá pronto te conviertas en un ser divinamente peludo, brillante y con una devoción infinita para con los demás (ya te falta muy poco).
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