He andado de azul estos días. Entre que me llega el pánico de los 33, mi carencia de un plan de vida personalísimo (if there exist such a thing), los miles de rollos que se me atraviesan todos los días, el llegar al primer aniversario (15 de berrinche, 28 de rescate, 11-13 amorosísimos, etc., etc.) de los que pudieron haber sido los momentos más intensos y vívidos de mi última relación sentimental y tantas pequeñas cosas que me han venido atormentando, torturando, frikeando, etc., que hoy por la mañana recibí con singular gratitud el escuchar una antigua canción que me cantaban cuando era niña, pero que entonces no comprendí. Hoy, como si fuera el primer rayo de luz de la mañana, de la semana, del año, de la vida, tuve la dicha de volver a escuchar esa vieja canción en la voz de Louis Armstrong y lo agradecí profundamente, tanto que aquí va la balsa que hoy me salvó:
Georgia, Georgia,
the whole day through
Just an old sweet song
keeps Georgia on my mind
I said now, Georgia, Georgia,
a song of you
Comes as sweet and clear
as moonlight through the pines.
Other arms reach out to me,
other eyes smile tenderly.
Still in peaceful dreams I see
the road leads back to you
I said, Georgia, Georgia,
no peace I find.
Just an old sweet song
keeps Georgia on my mind
Other arms reach out to me,
other eyes smile tenderly.
Still in peaceful dreams I see
the road leads back to you
Now ya know its, Georgia, Georgia,
no peace, no peace I find
Just this old, sweet song
keeps Georgia on my mind
Just this old sweet song
keeps Georgia on my mind.
Y entonces, recordé un montón de canciones del buen Louis, que me trajeron sonrisas, imágenes, situaciones de otros tiempos. Que me recordaron películas que me llenaron en algún momento. Tiempos de risas, de juegos, de juguetes e imágenes que tal vez no volveré a ver en mi vida, pero que hoy regresaron en esencia y con una secuencia determinada, hasta encontrarme en mitad de una ciudad que es tan mía como de nadie, con el frío y la oscuridad del otoño incipiente; mientras llevaba a la Princesa de los Rizos Furiosos a la escuela... And I think to my self, what a wonderfull world...
Mis favoritas de Louis Armstrong: A kiss to build a dream on, Black & Blue, Blueberry Hill, Go down Moses, I cant give you Anything but Love, Jeepers Creepers, Mack the Kcnife, Moon River, Summertime (la mejor versión, es a mi gusto, la de Charlie Parker), What a Wonderfull World, When youre Smiling,
jueves, septiembre 21, 2006
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
Ch. Parker es una buena banda de sonido.
De donde soy siempre es otoño.
De encuentros afortunados vivimos.
Publicar un comentario