domingo, julio 03, 2005

París en Invierno


Vamos en el metro que nos lleva del extrarradio al centro, no hay visos de sol entre tanto túnel interconectado. En el momento preciso te levantas y con tus manos tapas mis ojos, cuando los descubres la vista es mágica: el sol de la mañana baña con su luz dorada el Sena. Caminar abrazadísimos rumbo a la torre Eiffel y ser los primeros turistas en subir hasta el tercer piso, cuando está todavía vacío, cuando a penas están barriendo para recibir a los miles que durante el día asistirán. Luego, tener la ciudad a nuestros pies mientras hacemos el amor, sintiendo el frío que amenaza con taladranos los huesos si nos detenemos tan solo un minuto. A tu oído te canto sólo para tí en voz muy baja: "Je ne etait rien et violá qu'aujourdui, je suis le gardien du sommeil de ses nui, je t'aime a mourir, Je t'aime a mourir, Je t'aime a mourir..."

3 comentarios:

Ernesto Rodsan dijo...

Cámara mi mostra, chiquito pero rinconero.
Abrazo fuerte
May the force be with you

Igor dijo...

Ah, Paris. Ni hablar. Sólo París solo.

Un saludo, mi estimada.

Anónimo dijo...

¡Ah la belleza de mi ciudad! ¡Y con la canción de Francias Cabrel, me emociono mucho tu post! Gracias.
Un abrazo