37 muertos y 700 heridos. Hasta hace una hora en londres, tenía dos afectos míos perdidos: Uta y Diego. Uta ya se reportó, está tranquila en su departamentito a unas calles de donde fue la explosión. En el mail que me envió señala: "hay muy poca gente en las calles, de hecho casi nadie. Todavía se escuchan ambulancias y patrullas, pero cada vez son menos. No hay trenes ni camiones, nadie va a ninguna parte. Esperábamos que fuera peor, pero realmente parece que ahora está todo en órden; todo el día he visto el web de la bbc, estoy cansada". No tengo que señalar que su mail me tranquilizó bastante y más aún su actitud ante el terror, no dejarse caer, no entrar en la histeria colectiva, en el caos, en el grito y la desesperación.
Falta tener noticias sobre Diego, mi primo; aunque como él no chambea allá, se la está pasando "bomba" entre las fiestas y el conocer a los artistas londinenses, por lo tanto, no creo que salga de su casa antes de las 11 de la mañana; al menos eso espero.
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1 comentario:
Pos primero, esperemos que su primo se encuentre bien mi estimada. Por otro lado, con respecto a la actitud de su compa, la invito a reflexionar sobre la tenue línea que separa la ecuanimidad del valemadrismo. Y es que, no basta con ver la BBC hasta el cansancio para comprometerse u ocuparse (que no preocuparse). Por eso me gusta una frase del Silvio que dice: «Qué fácil es protestar por la bomba que calló a mil kilómetros del ropero y del refrigerador». Y me la repito a mi misma, porque la neta, sí soy muy valemadrista. Pero, con todo, sé que no hace falta que me jale de los pelos para actuar. Ni hablar, el saber no disculpa la apatía, eda?
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