Un estado mental es la ciudad en la que vivo, a veces me pesa demasiado, otras la siento cómplice y en ocasiones a penas si me percibo parte de ella. Despertar con lluvia de fondo, la casa en silencio, la gotera de las escaleras siempre precisa, siempre oportuna el 24 de junio; me han anunciado hoy por la mañana que viene el estado de sopor más profundo del estado mental que a veces es Guadalajara, sobre todo cuando está mojada, lluviosa, los ruidos atenuados por la humedad se desplazan lentamente, como si sintieran pereza por llegar a mis oídos. Guadalajara se pone lenta, sobria, serena cuando llueve, porque sus lluvias son suaves, chingativas, acertadas; a veces se ponen violentas como una falta de respeto; pero hoy está lloviendo suavecito, de a quedito, como con flojera... en ese mismo estado me desperté hoy, con ganas de ir chingando de a poquito, a quien se deje, nomás por chingar tantito...
Y esto del State of Mind, no es algo fortuito, ni quiero cambiarle de nombre a Jalisco, ni cosa por el estilo; es solo que hay canciones a uno le pesan en el alma, y si New York volvió a ser inmortalizada en no sé qué década por el cantante Billy Joel, con su "New York State of Mind", yo pienso no inmortalizar mi ciudad, pero sí hacerle un homínido homenaje por su sopor, por la precisión de sus lluvias, por dejarme lo que no tengo.
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