Fui jurado seleccionador de un concurso de creación juvenil de una universidad estatal. En esta ocasión me llegaron más de 140 cuentos inéditos (o al menos eso se cree) de chavos entre los 15 y los 20 años con cierta inquietud literaria. Los temas fueron varios, de lo fantástico (rayando cerca de las historias del Señor de los Anillos y Harry Potter), al thriller (con mucho de Dan Brown), a lo bíblico (siguiendo el tono de el Código Da Vinci) y lo intimista.
Es en este último punto donde surge mi preocupación. Si bien todos los adolescentes tienen broncas, unas serias otras no tanto, es muy difícil que se abran algunos temas, como la drogadicción, el suicidio, etc. Y en este punto tengo que mencionar que cerca del 60 por ciento de los cuentos manejan el suicidio como única vía para salir de la incomprensión de los padres, la falta de aceptación del grupo escolar, la soledad. Realmente me pareció alarmante que un porcentaje tan alto de los cuentos toquen un tema tan fuerte y con descripciones de cómo sucedería el suicidio de los personajes/autores. Así, hablé con otra de las jurados que trabajaron sobre la poesía. Mi alarma creció al enterarme que ella había notado exactamente lo mismo. Chavos inmersos en la desesperanza, en el caos, en la falta de valores básicos...
Fui más lejos. Hablé con un investigador que trabaja con jóvenes y niños marginados. Le comenté la situación y en una sobremesa surgieron varias propuestas, que si podemos hacer un grupo de trabajo, algún tipo de coloquio o seminario, incluso abrir un sitio web para apoyar y dar orientación a chavos con estos problemas. Enviar una carta al Secretario de Educación Pública del Estado, al rector de la universidad, en fin, buscar la manera de sacar adelante a todos estos chavos.
Cuando hablé con la persona que me invitó a participar en este concurso, me llevé una gran desilusión. Al principio estuvo bien interesado en lo que comentamos, incluso él habló con otros jurados para ver qué habían encontrado y parece ser que todos coincidimos en el mismo punto. El problema fue cuando esta persona habló con sus superiores: "Es normal, todos los chavos pasan por eso... además, un estudio?, quién lo haría?, más chamba???"
Sí, todos los chavos pasan por etapas de crisis, estoy de acuerdo. Pero también están reflejadas en las estadísticas de suicidio e intentos de suicidios en Jalisco que el índice de esta situación en personas entre los 14 y los 20 años han aumentado considerablemente en los últimos 5 años. Basta con ver una mañana el noticiero GDL noticias, la nota roja de la televisión local, para enterarnos cada lunes por lo menos, de los suicidios o intentos de suicidio en los que participaron jóvenes.
No lo sé, creo que mientras nuestras autoridades, a cualquier nivel, sigan pensando que enfrentar un problema les traería otro problema (más trabajo, mayor responsabilidad, mismo sueldo), las cosas seguirán igual, si bien nos va... pero todo tiende a ir peor.
Tal vez mis broncas nunca fueron tan serias como las de los chavos que ahora se expresan. Vengo de un matrimonio sólido, cuando el boom es ser parte de una familia desintegrada; nunca he consumido drogas, no padezco una enfermedad provocada por mi misma, como la anorexia o la bulimia; mis amistades son más bien ñoñas, (si no, lean la ñoño encuesta de hace 3 semanas), en fin puede haber musiquita de violines y buenas intenciones a mi alrededor, no lo dudo.. ya hasta me publicaron en la revista QUIEN, y no me agüito... pero hay problemas, señores. Problemas serios, problemas de fondo, problemas entre nuestros jóvenes. Tal vez 80 tuvieron el valor de expresarlos en sus cuentos, tal vez sean sólo una fantasía, un desahogo... pero qué tal si no es sólo eso?, qué tal si es un aviso?, una llamada de atención... quién los va a detener?, y si no se suicidan, pero canalizan su ira, su odio, su angustia, su miedo agrediendo a otras personas, quién se hará responsable?
Quién se va a meter a trabajar con ellos?, quién va a decir: vale la pena?, hay muchas dudas que se me vienen a la cabeza, pero lo más importante, hay mucho trabajo por hacer. Si bien el trabajo antropológico que me propusieron mis compañeros de trabajo, puede ser bueno; pienso más allá, se necesita trabajo psicológico, monitoreo, pedagogos involucrados...
Y en casa?, creen que ya la libraron?, no, no lo creo. Los chavos en sus cuentos se quejan del abandono de sus padres. De padres con problemas de alcoholismo, de drogadicción. De madres trabajando incansablemente para llevar dinero a la casa y sostener familias de 8 o 10 niños. De madres-niñas que no estaban preparadas y dejaron a sus hijos con las abuelas, las tías, los parientes, para ellas realizarse y salir del "hoyo". Hace falta una revisión concienzuda de lo que somos y lo que queremos para nuestros hijos. Hace falta tener valor para preguntarle a un chavo "por qué te clavas en la muerte?", "por qué no comes?", "por qué te drogas?", "por qué el sexo puede ser tu única respuesta?"... diálogo, comunicación, estímulo, apoyo, respeto, confianza, amor, mucho amor es lo que falta... pero quién está dispuesto a dar todo esto?, quién se saldrá del trabajo 1 hora para ir a la escuela a preguntar cómo va su hijo, dónde está su salón?, quiénes son sus amigos?...
Está la pelota en el campo... quién dará la primer patada?
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