lunes, diciembre 05, 2005

Decembrino


Y llegó diciembre, y con él los rollos navideños. Si bien el año pasado argumenté con mis amistades más cercanas que me esperaba la mejor navidad de mi vida gracias a la llegada a mi vida de la princesa de los rizos furiosos, este año en parte creo que será más o menos igual, salvo algunas –27, para ser más exacta-- pequeñas excepciones:


1. El año pasado me dieron en el trabajo una suculenta gratificación económica que permitió que me fuera 2 semanas de vacaciones a Puerto Vallarta. Este año, si tengo suerte, me llegará el aguinaldo completo.


2. Ergo, este fin de año estoy totalmente en contra de los bonos navideños.


3. Mi tío C, el preferido por mucho, aunque a muchos les duela, decidió exiliarse a L.A., víctima de una depresión monumental.


4. Mi primo D, anda divorciándose y extraño el no ver a mi sobrino favorito y a la buena amiga que ha sabido ser su exesposa.


5. No he podido hacerle ver a ciertas personas que el Pavo Horneado Congelado y vendido en WM, G, CM, etc., está congelado desde antes del que se comieran el año pasado.


6. Temo que el pavo horneado, comprado en las cadenas antes mencionadas, volverá a ser la comida favorita en esta temporada.


7. No cumplí ni la tercera parte de mis propósitos de 2004 y 2005. Empiezo a creer en el concepto de “bolsa acumulable”.


8. Se fundió una de mis series favoritas de foquitos rojos.


9. Se descompuso mi horno de microondas.


10. Mi cafetera está fallando.


11. El invierno viene frío y los hombres nomás no llegan. Pienso empezar a poner algún tipo de señalamiento, de mensaje: “duermo sola y con la ventana abierta, casa absurdamente naranja, altura del balcón: 2.5 mts., soga “piñatera” atrás de la segunda maceta abriendo el cancel, no se preocupe por el perro, es amigable”.


12. Conozco a una señora que anda toda tensa tensa por su próximo viaje al extranjero, tan tensa que pelea o se enferma y eso me deprime.


13. No llegó el hombre de mis sueños a mi vida. Llegaron muchos otros, pero menos al que estaba esperando y que me auguró una gitana.


14. Tampoco llegó el hombre de mi vida a mis sueños, por si tenían curiosidad al respecto.


15. Señora Gitana: si es cibernauta y de casualidad o causalidad puede leer este textículo le informo, no sin pesar, que el hombre moreno que vio en las cartas que interpretó para mí, no está interesado en tener otro tipo de relación con quien suscribe, salvo que sea amistosa.


16. Señora Gitana (2): si ya leyó el punto anterior, tendrá que leer este: el hombre blanco, que vive cerca de Guadalajara, y que usté auguró como “regalo de la vida”, este año no llegó y la verdad no sé si valga la pena esperar otro regalo por parte de la vida.


17. Empiezo a no creer en las gitanas.


18. Mi mano no me dice nada.


19. El punto anterior no es una insinuación erótica, es una afirmación literal: mi mano no tiene nada escrito en su palma. También me lo dijo la gitana.


20. No pienso tener propósitos para fin de año. Con la bolsa de los dos años anteriores es más que suficiente.


21. No hay muérdago en mi casa ¿pa qué?


22. La decoración navideña se la dejé a mis papás.


23. No podré comprarme mi botella de Chivas 12 años.


24. Mitigaré el frío con Tequila don Valente, manufacturado en Arenal, Jalisco.


25. Mi lectura para la vacación: “Mujeres que aman demasiado”, he descubierto a partir de las letras de mi nueva mentora: Robin Norwood, que soy adicta a las relaciones difíciles porque:


a) Como me aterra que me abandonen, hago cualquier cosa para evitar que una relación se disuelva.

b) Casi ninguna cosa es demasiado problemática, tarda demasiado tiempo o es demasiado costosa si “ayuda” al hombre con el cual estoy involucrada.

c) Acostumbrada a la falta de amor en las relaciones de pareja, estoy dispuesta a esperar, conservar esperanzas y esforzarme más por complacer.

d) Estoy dispuesta a aceptar mucho más del cincuenta por ciento de la responsabilidad, la culpa y los reproches en cualquier relación.

e) En una relación, estoy mucho más en contacto con mi sueño de cómo podría ser que con la realidad de mi situación.

f) Soy adicta –uuuy, qué palabra tan terrible—a los hombres y al dolor emocional.

g) Al verme atraída hacia personas que tienen problemas por resolver, o involucradas en situaciones que son caóticas, inciertas y emocionalmente dolorosas, evito concentrarme en mi responsabilidad conmigo misma.


26. Pienso ensayar e intentar distintas maneras para entrar en estado cosificado y que parezca que no me entero. Por lo tanto advierto: si me hablas y no te pelo, si me buscas y no me encuentras, puede que esté ejercitando mis facultades cosificativas, no es que no te quiera hacer caso.


27. El número de excepciones es como el melate, acumulable.


Nota aclaratoria: Todo aquel o aquella que se sienta identificado con alguno de los puntos o personajes expuestos, ha acertado, se habló precisamente de ustedes. No piensen que me voy a justificar con decirles que “no es personal”, todo lo que se haga, se diga o se piense dentro de este blog es personal, aunque sea personalmente figurativo, imaginativo, fantástico. Por favor, considérense afortunados por haber sido mencionados en un blog que trasciende fronteras de tiempo y espacio. Gracias.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nada mejor que un balance de 27 puntos, para pensar sobre el inconveniente de haber nacido.