viernes, junio 16, 2006

De Mundiales


En 1982 fue mi primer "encuentro cercano" con un campeonato del mundo. Recuerdo que entonces más que entusiasmarme motivó bastante molestia. Pasaron todos los partidos por el canal 13 --antes de que fuera tvazteca, por supuesto y mucho antes de que existiera el concepto de televisión por cable en México... pero esa es otra historia--, después de Tienda y trastienda, empezaba la serie de partidos de la tarde; situación que impedía la trasmisión normal de "Candy, Candy", "la abeja maya" y tantas caricaturas que entonces poblaban las cabecitas de mi hermana y mía de sueños con príncipes de la colina, vidas de bichos, etc. La selección mexicana, entonces no eran más que una bola de naquitos que corrían detrás de un balón y motivaban las discusiones más acaloradas, el llanto más sentido, las borracheras más contundentes, y la mayor indiferencia entre mis primas, mi hermana y yo.

No fue sino hasta el siguiente campeonato, el mundialísimo del 86, cuando comencé a interesarme con más fervor. Entonces estudiaba en una secundaria de monjas --gracias--, y mi grupo no superaba las 24 alumnas, siendo yo una de las últimas. Las monjas, a pesar de ser muy monjas, nunca impidieron los festejos del alumnado, en cada partido de la Selección Nacional, nos daban chance de verlo en la televisión del auditorio y a más de una hermana la llegamos a cachar rezándole a la virgen por el pase de la S.N. a la siguiente ronda. En el 86 me descubrí aficionada al futbol cuando aquella tarde terrible en el estadio de Monterrey, perdiera México contra Alemania. Lloré y lloré a gusto, ante la acuosa mirada de mis padres que intentaban consolarme, sin conseguirlo.

En Italia 90, llené el album de estampas del mundial, mis héroes entonces fueron Lothar Matthaus, de Alemania --siempre he tenido cierto fervorcillo germano--, el Buitre, Butragenio, Butragueño; Hugo, --cómo no, el mejor futbolista de México!--, Maradona, cuando todavía lo consideraba un genio del balonpié, y por supuesto, Carlos Hermosillo --"El grandote de Cerro Azul"--, y tantos otros que llenaron mis ojos con sus piernotas... Fue, por decirlo de alguna manera el "boom" de mi líbido, viviendo en las paradisiacas playas de Puerto Vallarta, asistía a todos los campeonatos de boley-ball playero --mi primera cerveza fue auspiciada por XX Lager--, y conocía a todos los "costeñitos tirabolas" de la playa de los Muertos. Así que, como podrá usté imaginar, entre los morenazos atléticos y los partidos de futbol me iba llenando la pupila.

Estados Unidos, pasó en mi interés como pasó Corea-Japón, sin pena ni gloria. El primero, porque siempre me han caído gordos los gringos y a pesar de que ganara Brasil, no estuve realmente entusiasmada. Además, en aquel 1994 estaba comenzando mi carrera en la Facultad de Letras, ergo, el mundo era un asco, el futbol volvía a ser un deporte de gente decerebrada, las multitudes me chocaban, Sabina era la onda y empezaba a conocer a escritores y teóricos fenomenales que ocupaban la mayor parte de mi tiempo libre. El Mundial en Corea, me llegó saliendo de una depresión fenomenal, a pesar de que tengo familiares directos japoneses, la cultura no me llama tanto la atención y lo rescatable después de que Brasil fuera el campeón por 5a ocasión, fue la llegada del espíritu de La Princesa de los Rizos Furiosos a mi vida.

Francia 98, fue, ha sido y será EL MUNDIAL en mi vida. A los 25 años tuve la oportunidad de estar en Alemania justo en las fechas del campeonato. Fue en un Bier-Garden de Mainz, que presencié en pantalla gigante el último partido de la selección nacional en aquel Mundial. Nunca me imaginé que Luis Hernández tuviera tanto "pegue" entre las europeas, quienes lo consideraban "El Ángel Rubio", mis favoritos, entonces iban de Márquez, en aquel momento el niño de la selección, Campos, y Cuauhtemoc Blanco. Los días pasaron, los juegos se jugaron y en cuanto la selección alemana no pasó a la final, los precios de las agencias de viajes bajaron sus tarifas a París escandalosamente, lo que me permitió hacerme de un paquete: 3 días, 2 noches, hospedaje, transporte, desayunos, en el Hotel L'Aviator, en el barrio árabe. El hotelito era de madera, el barrio era francamente feo, cerca de la Gare de l'Este. Sin embargo, poco o nada tuvimos que hacer ahí. Entre el metro y todo lo que había que caminar, el hotel fue exclusivamente para tomar un baño y dormir unas horas. Uno de mis mejores momentos futboleros en este mundial fue una mañana en la que esperábamos que llegara el metro a la estación. En algún momento empezamos a escuchar el ruido de gritos y tambores aproximándose, las personas que estábamos esperando el metro comenzamos a intercambiar miradas entre temerosas, inquietas, expectantes. Por fin, llegó la máquina con 4 vagones llenos de la batucada brasileira. No dudamos un instante y nos subimos en el primer vagón que hubo oportunidad, bailamos, gritamos, festejamos en la anticipación de la derrota. La final del campeonato, la disfruté a un costado de la gare, frente a una patalla gigante, entre sudáfricanos, árabes e hindús; con dos botellas de vino tinto compartiendo los tragos, los gritos y el entusiasmo futbolero. Cuando regresamos al hotel, un grupo de sudafricanos festejaban en la puerta. Yo iba con mi botella de cabernet, uno de los negrotototes, quien después me dijo que venía de Pretoria --lugar tan remoto en mi mapa como podía ser Guadalajara en el suyo--, me preguntó qué estaba tomando y me dijo que si adivinaba lo que él estaba tomando me invitaría una botella de lo que yo quisiera pero que me la tendría que tomar con ellos. Probé de su vaso, era whisky. Adiviné y pedi una botella igual. Y así, tomando y riéndonos festejamos el "TRIUNFO DE SUDÁFRICA", que no de Francia.

Este año el mundial es diferente. Si bien hace cuatro años mi amiga Franci y yo traíamos la loca idea de ir ahorrando 50 dólares mensuales hasta pagar nuestro boleto al mundial, y no lo conseguimos; la vida me regaló el regalo más grande que se le puede hacer a una persona. Ahora estoy disfrutando los partidos a lado de La Princesa de los Rizos Furiosos, quien a sus casi tres años ya sabe cantar "chiquiti bum a la bim bom bá", "da,da,da", "oe, oe, oe, oe" y quien a grito de gol salta y festeja como si realmente entendiera lo que está sucediendo en el campo. Soy Mexicana y seré Mexicana hasta donde llegue, aunque no ganamos contra Angola, espero que con Portugal logremos pasar a 8avos. Cuando salga la selección, podré ser: alemana, holandesa, brasileira, argentina, italiana... mis héroes de este campeonato son: Márquez, Kikín, Oswaldo, Kaká, Ronaldinho, Ronaldo, Emerson, Balhm, La Selección Italiana en su conjunto y cualquiera de buena pierna que se interponga en el inter.

4 comentarios:

H.R.Cuenya dijo...

Mejor asi con la princesa rulos viendo comoda todos los partidos.

Seria lindo ir todos los dias a un bar donde se reunan los italianos cuando juega italia, otro lugar donde se reunan los franceses y asi no solo ser hincha y sentir pasion futbolera todos los dias, si no tambien conocer gente.

Ernesto Rodsan dijo...

Sin duda mi vida tiene un sentido del humor negro; una vez más me ha mostrado su ironía: ahora que podría ver todos los partidos del mundial (incluso el de suiza contra togo) resulta que no los puedo ver. No importa, ya casi comienzan los octavos de final. Con los pocos que he podido ver me he divertido en algunos, en otros me he molestado y otros más sirvieron como buen soporífero. La relación entre el futbol y la vida es sorprendente. El factor error, el factor suerte, y todo lo que escapa a cualquier tipo de control me resultan muy ilustrativos. No sé por qué pero este mundial lo he disfratado mucho. Que bien que hayas escrito sobre él mi querida mostra.
Greetings

Itzxochitl dijo...

Es demasiado pedir, todas estas letras y lo que ilustras me recuerda un poco o un mucho lo que yo soy, y no me siento tan perdida.
Siempre he dicho todos escriben mejor que yo, asi que les dejo esta actividad a ustedes lo que saben, gracias por tus letras y tu forma magica en que me transportas.

H.R.Cuenya dijo...

El sabado estaremos lejos y cerca: mirando lo mismo:

Mexico vs Argentina.