jueves, septiembre 29, 2005
Torreslandia ofrece disculpas por la ausencia de ideas plasmadas. Si bien no se ha dejado de pensar, de sentir, de vivir, la vida se está reacomodando. Diría mi amiga Vero: "el horno no está para bollos" y estoy intentando ayudar, todavía no sé a qué, a una persona entrañable en mi vida. Así que les pido paciencia lectores, un poquito de paciencia, nomás.
martes, septiembre 13, 2005
Sobrecama VIII
Para el Mostro, porque se lo debía.
Acabas de encender el cigarrito. Me gusta sumergir mi nariz en esa metamorfósis olorosa, cuando el sexo puro se convierte en sexo nicotinado, quemado, cansado. Observo tus labios alrededor de ese pequeño falo de papel, plástico y tabaco; tus ojos se pierden en algún punto del techo, como si en realidad disfrutaras del "oral" que estás ofreciéndole al marlboro y mi mano acaricia sin ganas tu pecho. "¿Por qué fumamos después de hacer el amor?", te pregunto mientras robo de tus dedos el cigarro y me lo llevo a mis labios, "por imitación"; sonrío, me gusta cuando dejas de lado la autenticidad y respondes sin pensar las respuestas. "¿pero, por imitación a quién?" "A las películas francesas, por supuesto", "mira tú, qué cosas... y cuántas películas francesas has visto en tu vida?" "ninguna, pero dicen que en las películas francesas los galanes siempre fuman después de coger", "tú siempre tan fino" te doy la espalda y me sigues en el movimiento hasta pegarte a mi cuerpo, tu piel sigue tibia, cálida, agradable... "¿qué, qué dije?" ¿por qué dices "coger" cuando estamos hablando de "hacer el amor"?", "porque siempre me ha molestado que confundan o mezclen los términos. Hacer el amor es un anglicismo, faire l'amour era más bien tirar la onda, cortejar, enamorar, no encamarse... pero luego a alguien se le ocurre que suena mejor, más elegante, menos burdo, decir "hacer el amor", antes que "coger", "fornicar", "follar"... es el afán del ser social de no decirle a las cosas por su nombre..." "o un afán del hombre mismo por renovar el lenguaje, ¿no?" me atrevo a preguntarte "no, no creo que vaya por ahí, más bien es el miedo a las palabras, es un problema institucional..."
Sigues fumando y hablando como dándome una cátedra de las diferencias entre coger y hacer el amor, términos en desuso, facultades del lenguaje oral y corporal, y del por qué el ser humano tiende a encubrir sus intenciones cambiando palabras para obtener en su beneficio lo que el otro o la otra pueda ofrecerle.
Realmente estoy cansada, sin embargo es un cansancio agradable, de esos que una siente en todo el cuerpo y no pesa, al contrario, los movimientos se vuelven más lentos, más nítidos, como si mis piernas, mis brazos, se fueran desdoblando en cada movimiento, como si pudieran ser infinitos.
Después de un "pero tú no me hagas caso" enciendes la televisión y cambias de canal varias veces. Me gusta estar contigo, fumar contigo, coger contigo. Me gusta sentir que no hace falta hablar de nosotros para sabernos. Saber que más que el sexo, la afición por el cine, la inteligencia o lo que podamos llegar a vivir juntos; será más fuerte en nosotros el silencio de un cigarro compartido; aunque afuera, en la calle, en donde nadie sabe de nosotros, cada quien por su lado le rinda homenaje a su tabaquera favorita.
lunes, septiembre 12, 2005
La culpa es del espanto
quise correr
escapar
de tu nombre
en el que siempre caigo
al que siempre me trepo
quise correr
dejar de pensar
d i l u i r m e de ti
en café sin cafeína
huír en humo
de cigarro sin nicotina
dejándote un cáncer pasivo
en algún órgano oculto
dentro de tu cuerpo
quise tomarme
de un solo trago
el poquito cariño
la poquita nostalgia
en las rocas
antes de endulzarte
el alma
Y aquí estoy otra vez
Nombrándote
llamándote en silencio
pensando que pensándote
podrías escuchar
las palabras
que no he dicho
que van ahogándose
entre duelos y respetos
entre tiempos y amores
que no te di
y no me diste
(el que da y quita con el diablo se desquita)
pero aquí
no hay con quien
desquitarme
de esos tus amores
que pude y puedo darte
y no has tomado
por tanto
pinche
espanto
entre
tú
y
yo
miércoles, septiembre 07, 2005
Sobrecamas VII
Abres los ojos y te das cuenta de que el sol es el mismo que te despertó el día anterior, te sigue doliendo la mirada, como ayer, cuando dejaste de tomar por sentir los ojos a punto de estallar. ¿Quién fue el alma caritativa que te acercó hasta tu cama?, ¿quién te quitó los zapatos?, ¿quién los pantalones?... sonríes como recordando aquellas manos que con dificultad fueron liberándote del cinturón, el botón, la cremallera... habías tomado tanto que probablemente no pudiste hacer nada en la cama... ya, ya sé que eres todo un semental entre los de tu tipo, que a tí la borrachera no te hace y que puedes hacer "maravillas" incluso habiéndote tomado un litro del tequila.
Pero hoy es distinto, ¿verdad?, no te quieres acordar de lo que pasó anoche, ¿por qué?, La punzada en la frente, taladrándote los ojos parece no ceder al sedalmerk; ¿de verdad creíste que sería tan fácil?, y yo que pensaba que eras un poquito más intuitivo... ¿de verdad no te diste cuenta?, ¿por qué no miras a quien está a tu lado en la cama?, ¿a qué le tienes miedo?, no, no te cubras la cara con las manos, me gusta ver cómo tu cara va transformándose de crudo a tonto, de tonto a pobre niño miedoso... vamos, abre los ojos, mira a quien tienes a tu lado que hoy no es totalmente distinto a ti.
SIN CENSURA
Pólipo Sedano, Teuchitlán, Jalisco, 09 de septiembre de 2005. Fueron descubiertos los cuerpos sin vida de dos hombres en una casa ubicada frente a la Plaza de Armas. Paramédicos de la Clínica de la localidad intentaron reanimar a los difuntos sin lograr hacerlos respirar. Uno de los ahora occisos respondía en vida al nombre de Refugio López, alias "El Cuco"; avecindado en el pueblo desde hace 2 años, famoso entre los vecinos por sus fiestas de exceso y perdición, pero muy exclusivas para señores. El cuerpo desnudo de su agresor, cuya identidad aún se desconoce, yacía sin vida a escasos metros de distancia junto a un gato que le estaba lamiendo los pies cuando los encontraron. Los cuerpos fueron trasladados al SEMEFO de Guadalajara, todavía nadie los reclama.
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